Mi encuesta particular, elaborada con las innumerables personas que me abordan en la calle e incluso en casa, para preguntar, desahogarse o simplemente compartir frustraciones y cabreos, me señala que para más de un 90% de ellas son seis las causas de la extrema situación de degradación económica, social, política y en la que nos hallamos; las relaciono por orden decreciente de reiteración:
- La derecha es la única responsable.
- La crisis que “se ha presentado” está en el origen de las cosas.
- El actual Gobierno es un conjunto de desalmados
- Rajoy y su equipo son unos inútiles.
- El Gobierno ha recibido una herencia envenenada
- “Hemos vivido” por encima de nuestras posibilidades...
A la hora de señalar los casos emblemáticos en los que se detecta el origen de la situación son tres los mencionados: la banca y la deuda pública, los paraísos fiscales y los gastos militares.
Este pequeño indicador apenas cambia, en cuanto a contenidos, en las opiniones de los tertulianos de cualquier cadena de radio o televisión. En lo que se notan las diferencias es en el orden en el que las opiniones son expuestas y la importancia que se le atribuye a cada una. Y si reparamos en las declaraciones de los políticos -dirigentes o con representatividad institucional- la cosa no varía apenas. Las excepciones en este caso son bastante minoritarias. No es de extrañar pues que la crítica, el análisis o la percepción ciudadanas no consigan situar con precisión el origen del problema. Para empezar a detectarlo necesitamos la ayuda indispensable de la memoria, de la Historia.
El proyecto europeo que cristaliza en la actual Unión Europea (UE) está jalonado por una serie de hitos que comenzando por el Acta Única de 1986 va adquiriendo unas especiales características mediante los Tratados de Maastricht, Amsterdam, Niza, Proyecto de Constitución Europea, Tratado de Lisboa, etc. Este recorrido jalonado por los citados acuerdos y otros de menor entidad ha significado la consolidación del capitalismo financiero.
El artículo 104 del Tratado de Maastricht prohíbe “:…la autorización de descubiertos o la concesión de cualquier otro tipo de créditos por el Banco Central Europeo (BCE) y por los bancos centrales de los Estados miembros…..en favor de instituciones u organismos comunitarios, Gobiernos centrales, autoridades regionales o locales u otras autoridades públicas, organismos de Derecho público o empresas públicas de los Estados miembros, así como la adquisición directa a los mismos de instrumentos de deuda por el BCE o los bancos centrales nacionales”.
En consecuencia, los préstamos que el Gobierno español podía recibir del Banco de España a unos intereses que oscilaban entre 0´5% o el 1% quedaban prohibidos y ello obligaba a financiarse a través de la banca privada con unos intereses que oscilan entre el 5% y el 7% (y a veces son del 17%). El diferencial entre los préstamos anteriores a la prohibición y el actual con la banca privada le cuesta al Gobierno español más de 25.000 millones de euros al año. Y, como señala Juan Torres, el artículo 104 de Maastricht hace que el peso de la deuda sea el 87% del PIB en vez de 17% como podía haber sido. Queda claro, pues cual es el origen de la usura que soportamos.
El artículo 56 de la llamada Constitución Europea y que nunca llegó a entrar en vigor se trasladó al III- 156 del Tratado de Lisboa en el 2007. Por el citado artículo se prohíbe a los Estados miembros cualquier restricción al movimientos de capitales entre los citados Estados miembros y también a los que se establezcan con terceros países. Este Tratado fue aprobado por los parlamentos nacionales de cada uno de los 27 Estados de UE. ¿Cómo pueden algunos demagogos criticar los paraísos fiscales y seguir defendiendo el actual proyecto europeo? Este doble lenguaje, esta hipocresía contribuyen a la desinformación ciudadana.
El Consejo europeo de 12 de Julio del 2004, siguiendo las recomendaciones de la Cumbre de Tesalónica creó la Agencia Europea de Armamento entre cuyos fines figura: Crear un mercado competitivo de equipamiento militar europeo y fortalecer la base tecnológica e industrial de Europa.
Esta obligación armamentística fue reforzada por el Tratado de Lisboa del año 2007; en su consecuencia los Estados miembros incrementan sus presupuestos de armamentos. Grecia es hoy en día el país que dedica el mayor porcentaje de la UE con respecto al PIB. En España este año de 2012 el presupuesto inicial de armamento ha tenido que incrementarse un 28%, unos 1.780 millones de euros. Es obvio que las multinacionales del armamento han estado y están detrás de esta política europea. No olvidemos tampoco que nuestro país es el sétimo exportador mundial de armamento.
En resumen, constituye un error de análisis y apreciación centrar las críticas en personas o en grupos sin dirigir la mirada a las causas profundas que originan las acciones de los gobiernos. Pretender plantear alternativas al Gobierno de Rajoy asumiendo a su vez el actual proyecto de UE es engañar y engañarse. El actual modelo de UE no sirve como marco para una política avanzada, justa y solidaria. Y es que de aquellos polvos de Maastricht vienen estos lodos.
- La derecha es la única responsable.
- La crisis que “se ha presentado” está en el origen de las cosas.
- El actual Gobierno es un conjunto de desalmados
- Rajoy y su equipo son unos inútiles.
- El Gobierno ha recibido una herencia envenenada
- “Hemos vivido” por encima de nuestras posibilidades...
A la hora de señalar los casos emblemáticos en los que se detecta el origen de la situación son tres los mencionados: la banca y la deuda pública, los paraísos fiscales y los gastos militares.
Este pequeño indicador apenas cambia, en cuanto a contenidos, en las opiniones de los tertulianos de cualquier cadena de radio o televisión. En lo que se notan las diferencias es en el orden en el que las opiniones son expuestas y la importancia que se le atribuye a cada una. Y si reparamos en las declaraciones de los políticos -dirigentes o con representatividad institucional- la cosa no varía apenas. Las excepciones en este caso son bastante minoritarias. No es de extrañar pues que la crítica, el análisis o la percepción ciudadanas no consigan situar con precisión el origen del problema. Para empezar a detectarlo necesitamos la ayuda indispensable de la memoria, de la Historia.
El proyecto europeo que cristaliza en la actual Unión Europea (UE) está jalonado por una serie de hitos que comenzando por el Acta Única de 1986 va adquiriendo unas especiales características mediante los Tratados de Maastricht, Amsterdam, Niza, Proyecto de Constitución Europea, Tratado de Lisboa, etc. Este recorrido jalonado por los citados acuerdos y otros de menor entidad ha significado la consolidación del capitalismo financiero.
El artículo 104 del Tratado de Maastricht prohíbe “:…la autorización de descubiertos o la concesión de cualquier otro tipo de créditos por el Banco Central Europeo (BCE) y por los bancos centrales de los Estados miembros…..en favor de instituciones u organismos comunitarios, Gobiernos centrales, autoridades regionales o locales u otras autoridades públicas, organismos de Derecho público o empresas públicas de los Estados miembros, así como la adquisición directa a los mismos de instrumentos de deuda por el BCE o los bancos centrales nacionales”.
En consecuencia, los préstamos que el Gobierno español podía recibir del Banco de España a unos intereses que oscilaban entre 0´5% o el 1% quedaban prohibidos y ello obligaba a financiarse a través de la banca privada con unos intereses que oscilan entre el 5% y el 7% (y a veces son del 17%). El diferencial entre los préstamos anteriores a la prohibición y el actual con la banca privada le cuesta al Gobierno español más de 25.000 millones de euros al año. Y, como señala Juan Torres, el artículo 104 de Maastricht hace que el peso de la deuda sea el 87% del PIB en vez de 17% como podía haber sido. Queda claro, pues cual es el origen de la usura que soportamos.
El artículo 56 de la llamada Constitución Europea y que nunca llegó a entrar en vigor se trasladó al III- 156 del Tratado de Lisboa en el 2007. Por el citado artículo se prohíbe a los Estados miembros cualquier restricción al movimientos de capitales entre los citados Estados miembros y también a los que se establezcan con terceros países. Este Tratado fue aprobado por los parlamentos nacionales de cada uno de los 27 Estados de UE. ¿Cómo pueden algunos demagogos criticar los paraísos fiscales y seguir defendiendo el actual proyecto europeo? Este doble lenguaje, esta hipocresía contribuyen a la desinformación ciudadana.
El Consejo europeo de 12 de Julio del 2004, siguiendo las recomendaciones de la Cumbre de Tesalónica creó la Agencia Europea de Armamento entre cuyos fines figura: Crear un mercado competitivo de equipamiento militar europeo y fortalecer la base tecnológica e industrial de Europa.
Esta obligación armamentística fue reforzada por el Tratado de Lisboa del año 2007; en su consecuencia los Estados miembros incrementan sus presupuestos de armamentos. Grecia es hoy en día el país que dedica el mayor porcentaje de la UE con respecto al PIB. En España este año de 2012 el presupuesto inicial de armamento ha tenido que incrementarse un 28%, unos 1.780 millones de euros. Es obvio que las multinacionales del armamento han estado y están detrás de esta política europea. No olvidemos tampoco que nuestro país es el sétimo exportador mundial de armamento.
En resumen, constituye un error de análisis y apreciación centrar las críticas en personas o en grupos sin dirigir la mirada a las causas profundas que originan las acciones de los gobiernos. Pretender plantear alternativas al Gobierno de Rajoy asumiendo a su vez el actual proyecto de UE es engañar y engañarse. El actual modelo de UE no sirve como marco para una política avanzada, justa y solidaria. Y es que de aquellos polvos de Maastricht vienen estos lodos.
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