En muchos países del mundo desde el movimiento
feminista estamos organizando un nuevo paro internacional por
nuestros derechos. Con encuentros, asambleas y reuniones nos
preparamos para impulsar una nueva jornada de lucha y movilización
internacionalista, antipatriarcal y anticapitalista por nuestros
reclamos.
Pasaron
casi 110 años desde que Clara Zetkin propuso, en la Segunda
Conferencia de Mujeres Socialistas en 1910, que el 8 de marzo se
convirtiera en el día internacional de las mujeres trabajadoras,
para reivindicar la lucha de las obreras que pelearon por la jornada
laboral de 8 horas, por mejores condiciones laborales, por el derecho
al voto, entre otras luchas. Hoy tenemos el desafío de organizar una
gran #HuelgaFeminista para que la crisis no la paguemos las
trabajadoras.
Sin dudas, estamos viviendo la cuarta oleada mundial de las luchas feministas en todo el mundo.
Sin dudas, estamos viviendo la cuarta oleada mundial de las luchas feministas en todo el mundo.
Desde
las Woman's March en los Estados Unidos contra Trump, las palestinas
que resisten a los ataques del estado sionista de Israel, pasando por
las mujeres en Corea del Sur contra los abusos sexuales, hasta las
movilizaciones en Latinoamérica contra los femicidios y por el
derecho al aborto, se confirma con creces que el movimiento feminista
se encuentra en pie de lucha. Durante el segundo paro internacional
de mujeres del año pasado, millones de personas salieron a las
calles para denunciar la desigualdad salarial entre hombres y
mujeres, que en el mundo llega al 23%. Con movilizaciones, acciones
callejeras y paros efectivos el 8M fue una contundente jornada
internacional de lucha.
Durante
el 2018 salimos a enfrentar los ajustes de los gobiernos
capitalistas, el FMI y la UE que buscan descargar la crisis sobre las
y los trabajadores y el pueblo con despidos, suspensiones, mayor
explotación y aumento en la edad jubilatoria. También para
enfrentar las leyes antimigratorias y xenofóbicas y en solidaridad
con los derechos de las y los refugiados y migrantes en todo el
mundo. Las mujeres estuvimos en las calles en la resistencia contra
los planes de ajuste que nos afectan particularmente, ya que somos
las peores pagas, las más precarizadas y las jefas de los hogares
más pobres, fenómeno conocido como feminización de la pobreza. Es
que el sistema capitalista patriarcal utiliza la opresión milenaria
de las mujeres para superexplotarnos y obtener mayores ganancias. Por
eso luchamos para que el capitalismo y el patriarcado caigan juntos.
En
Brasil el movimiento feminista encabeza la resistencia #EleÑao
contra el neofacista de Bolsonaro. Las francesas son parte de los
"chalecos amarrillos" contra el plan de austeridad del
conservador gobierno de Macron. En Bangladesh las mujeres de la
industria textil pelean contra los salarios miserables y la
superexlotación de la segunda industria textil más grande del
mundo, dónde las multinacionales obtienen superganancias millonarias
a costa de trabajo semiesclavo. En América Latina las mujeres de los
pueblos originarios luchan contra las megamineras y el saqueo de las
multinacionales.
La
marea verde de Argentina continúa por el derecho a decidir y se
expande por toda América Latina, siendo la región del mundo que
concentra las legislaciones más restrictivas en materia del aborto,
negado por los gobiernos capitalistas en acuerdo con la iglesia
católica y las evangélicas. Con la lucha, se logró conquistar en
derecho al aborto en Irlanda y pusimos al descubierto el rol
reaccionario de la iglesia católica, atravesada por los escándalos
de pedofilia en todo el mundo.
La rebelión contra la violencia sexual y el movimiento #MeToo pegó un salto y de Hollywood se expandió rápidamente por el mundo. Se abrió la caja de Pandora, con miles de denuncias. En el Estado Español millones se movilizaron contra el fallo de la justicia patriarcal en el caso de la Manada. En Chile se desarrolló el mayo feminista, con decenas de universidades y escuelas tomadas contra el acoso y la violencia sexual. Y miles de denuncias en Argentina surgieron bajo el lema #MiraComoNosPonemos.
La rebelión contra la violencia sexual y el movimiento #MeToo pegó un salto y de Hollywood se expandió rápidamente por el mundo. Se abrió la caja de Pandora, con miles de denuncias. En el Estado Español millones se movilizaron contra el fallo de la justicia patriarcal en el caso de la Manada. En Chile se desarrolló el mayo feminista, con decenas de universidades y escuelas tomadas contra el acoso y la violencia sexual. Y miles de denuncias en Argentina surgieron bajo el lema #MiraComoNosPonemos.
El
movimiento feminista salió a las calles para decir #NiUnaMenos
#VivasNosQueremos contra los de crímenes de odio. Es que según el
Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe en
base a la información de 16 países de la región y España, muestra
un total de 2.554 mujeres víctimas de femicidio en 2017. Pocos días
atrás las mexicanas organizaron una gran jornada de lucha contra los
secuestros con fines de trata y los femicidios, en un país donde
ocurren 9 femicidios por semana y con grandes índices de violencia
machista. Destacamos que la trata de personas es el segundo negocio
ilícito más rentable,
hay 21 millones de personas que son víctimas de este delito, siendo
el 70% mujeres y niñas, utilizadas para la explotación sexual y
laboral, esto gracias a la impunidad que ofrecen los gobiernos a las
redes de trata.
Este
8M tenemos que volver a impulsar movilizaciones en todo el mundo y
una huelga general feminista contra los femicidios y la violencia de
género, por igual trabajo igual salario, por el aborto legal, contra
la trata con fines de explotación sexual y contra los planes de
ajuste en todo el mundo. Los gobiernos capitalistas y las iglesias
son responsables. Desde la Unidad Internacional de las y los
Trabajadores-Cuarta Internacional llamamos a que este 8M sea un día
de lucha que haga sentir los reclamos del movimiento feminista, en la
perspectiva de construir un movimiento que pelee junto con el resto
de los sectores oprimidos y los trabajadores para terminar con el
capitalismo patriarcal y por una sociedad sin opresión ni
explotación y por un sistema socialista dónde seamos socialmente
iguales, humanamente distintos y totalmente libres.
Unidad
Internacional de las y los Trabajadores-Cuarta Internacional
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