sábado día 13 y domingo día 14 de octubre de 2012. ATENEO DE MADRID
Primera sesión
13 de octubre de 2012
(10:00h.) Palabras de bienvenida, presentación de los miembros de la mesa y lectura del Manifiesto, como documento base para el posterior debate.
(10:15h.) “El Congreso de 1937”, ponencia inicial, acompañada de la presentación de un documental audiovisual sobre el mismo, a cargo del profesor Manuel Aznar.
(11:15h.) Breves intervenciones de los miembros de la mesa, que cerrará Armando López Salinas.
(12: 15h) Breve receso
(12: 30h.) Se abre el turno de intervenciones, con aquellos asistentes que han presentado propuestas por escrito previas al congreso (disponibles en la Red, en la página del mismo). Y, a continuación, se dará paso al turno de palabras abierto a todos aquellos que la soliciten, en torno a las propuestas realizadas y al contenido del texto-manifiesto (el turno de palabras y la discusión de las propuestas realizadas se prolongarán a la segunda sesión del domingo 14 de octubre)
Segunda sesión
14 de octubre de 2012
(10:30h) Se da paso directamente al turno de palabras abierto a todos aquellos que la soliciten, en torno a las propuestas realizadas en la sesión anterior y al contenido del texto-manifiesto.
(11:30h) La mesa junto con el Secretario Primero del Congreso, David Becerra Mayor y del Secretario Segundo, Alberto García-Teresa, y una pequeña comisión propuesta por los asistentes se encargarán de articular todas las propuestas en el texto definitivo del Manifiesto del Congreso de Intelectuales por el Compromiso de 2012.
(12:00h.) Lectura por parte del Secretario del texto definitivo y breve relación de aquellas propuestas, que no tengan encaje en el texto del Manifiesto, pero que los asistentes al Congreso consideren que deben tomarse en cuenta.
(13:00h) Clausura.
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El Congreso de Escritores, intelectuales y artistas por el compromiso, convocado por una serie de personas y entidades, bajo el lema “Un impulso transformador de la cultura y la lucha ideológica”, en un momento de grave situación social, económica y financiera, y frente a las salidas que el neoliberalismo está imponiendo, en el seno de una ideología dominante y, a la vez, una pérdida de los valores de izquierda, que es preciso combatir.
El Congreso supone asimismo un homenaje al “II Congreso internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura”, en el 75 aniversario de su celebración en julio de 1937. Dicho Congreso tuvo lugar en Valencia, Madrid, Barcelona y París. Al reunirse sobre todo en zona republicana, durante la guerra civil, intelectuales de todos los países mostraron su adhesión a la II República y su rechazo al asalto fascista que estaba sufriendo España.
Más allá de la conmemoración el Congreso persigue unos OBJETIVOS. La crisis y sus secuelas han generado un profundo malestar en el mundo de la cultura, que viene expresándose a través de un amplio silencio o en opiniones o tomas de posición contra el capitalismo, sin ofrecer alternativas explícitas. Nos encontramos en un momento crítico para pulsar la real disposición de este mundo a la vuelta al compromiso. Desde un concepto alternativo de la cultura, como parte de la lucha ideológica; desde la literatura y el arte concebidos como instrumentos de cambio real; desde la urgente necesidad de una respuesta contra la amputación de la democracia y la conversión de todo en mercancía, en esta fase postmoderna del capitalismo avanzado, un grupo de mujeres, hombres y entidades diversas, preocupados por la situación actual, por el aumento de la explotación y el dominio, y frente a una norma cultural e ideológica supuestamente moderna y neutral, hemos lanzado un llamamiento para un debate abierto y plural de cara a una triple intención: despejar el lugar del escritor, el intelectual y artista en el panorama actual, desde el punto de vista de su compromiso explícito; analizar la posibilidad de una literatura y una arte “otros”, frente a la norma hegemónica; y avanzar en la posibilidad de una “lectura” o discurso alternativo, al margen de los valores de la crítica establecida y del canon acuñado por la ideología dominante y las pulsiones del mercado.
Se llama a un debate transformador. La respuesta a la situación actual no consiste en concebir una modernidad al margen de la lucha de clases, ni encubrir las derrotas colectivas asumiendo los valores del adversario. Se trataría, en todo caso, de caracterizar nuestras derrotas y formular un discurso que, sin asumirlas, se enfrente a ellas de cara al futuro. Derrotados pero no vencidos y, mucho menos, rendidos.
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