Brasil
es, luego de Venezuela, el punto más alto de la crisis política y
social en América Latina. El impactante triunfo electoral del
ultraderechista de Bolsonaro es la expresión de esa crisis y del
fracaso de la izquierda reformista latinoamericana. En particular de
Lula, Dilma y el PT, que tuvieron más de 15 años de gobierno con
ajuste y corrupción. El triunfo de Bolsonaro abre todo tipo de
incógnitas y debates sobre el porqué del avance de la ultraderecha.
¿Porque millones, incluido trabajadores y sectores populares, le
dieron el voto? ¿Brasil va hacia una dictadura o hacia un nuevo
fascismo?
El
debate está centrado en porque triunfa alguien como Bolsonaro una
figura de ultra derecha, neofacista, con un equipo rodeado de ex
militares que reivindican la dictadura de 1964. Bolsonaro
triunfa no solo porque tiene un voto tradicional de sectores de
derecha de clase alta y media alta sino que gana con un amplio apoyo
de sectores de la clase trabajadora y de pobres de las favelas
urbanas. Bolsonaro saca 57.800.000 de votos y Haddad del PT
47.000.000. Fueron 10 millones de votos de diferencia.
El
voto a Bolsonaro expresó, aunque en forma totalmente equivocada, el
odio y la ruptura de millones de trabajadores con e Lula y el PT. El
rechazo a decenas de años de gobierno del PT contra el pueblo
trabajador y en beneficio de las multinacionales, el capital
financiero y de los grandes propietarios de tierras. A su vez,
también expresó el descreimiento y la ruptura con todos los
partidos tradicionales burgueses. El Partido
del Movimiento Democrático Brasileño
(PMDB),
partido histórico de la burguesía, pos dictadura, y aliado del PT
(Temer fue vicepresidente de Dilma) saco el 2% de los votos en la
primer vuelta. El Partido de
la Social Democracia Brasileña
(PSDB),
el partido del ex presidente Fernando Henrique Cardozo, sacó
el 4,5%. O sea que quedaron pulverizados. A su vez en primer
vuelta el PT, si bien llega a la segunda vuelta tuvo golpes claros.
Dilma intentó salir senadora quedó en cuarto lugar y no entró al
Senado.
Bolsonaro
ganó en la mayoría de los estados, en especial en los grandes
estados industriales y más politizados. Ganó los estados de San
Pablo, Mina Gerais, Rio Grande do Sur y Rio de Janeiro con un
promedio del 65% de los votos. Ganó en el cordón industrial del ABC
de San Pablo, base obrera histórica de Lula y el PT. El PT ganó en
los estados más pobres y menos habitados del noreste.
Este
retroceso político en las masas es responsabilidad de la política
del PT de gobernar con la burguesía
El
voto de millones de trabajadores a Bolsonaro expresa un claro
retroceso político e ideológico. Esto ha abierto un debate en la
vanguardia mundial sobre cual es causa de este giro electoral.
Los
dirigentes del PT y la izquierda latinoamericana, que en estos años
dieron el apoyo a los gobiernos seudoprogresistas de Chávez-Maduro,
de los Kirchner, de Evo Morales o de Daniel Ortega, atribuyen esta
derrota a una supuesta “onda conservadora” de las masas. Que en
el caso de Brasil se habría iniciado con las jornadas de junio del
2013 cuando millones salieron a reclamar por un tarifazo en el
transporte y el aumento del costo de vida. Esto ocurrió bajo el
gobierno de Dilma-Temer-PT. Entonces el PT calificó a esta protesta
como “incentivada” por la “derecha” y que abrió el camino al
supuesto “golpe de 2016”. Cuando en realidad la rebelión popular
del 2013 fue una genuina protesta de masas contra el gobierno
ajustador de Dilma. El PT hambreaba al pueblo y lanzaba tarifazos
mientras hacía faraónicos estadios de futbol para el mundial en
pactos corruptos con Odebrecht . Por el odio popular a Dilma el
parlamento burgués hizo la maniobra de sacar a Dilma. No hubo ningún
“golpe”. Pero la crisis política y social no se detuvo. Temer
llegó a tener el 2% de popularidad y hubo una huelga general en
2017. De este repudio de las masas surge el fenómeno Bolsonaro.
Con
estos argumentos el PT y la izquierda reformista latinoamericana
quieren eludir su responsabilidad en el surgimiento de Bolsonaro y
pretenden echarle la culpa a la gente “que se hace conservadora”.
Cuando ha sido el fracaso de los falsos modelos “nacionales y
populares” o del llamado “socialismo del siglo XXI” de
Chávez-Maduro, los que llevan a esta confusión en el voto de
millones de trabajadores y sectores populares. Gobiernos que no
rompen con las multinacionales y el capital financiero y ajustan al
pueblo. Bolsonaro solo se explica por el odio y el rechazo popular
que provocaron los gobiernos del PT. Las masas no se hacen
“conservadoras” o de “derecha” sino que por su rechazo a los
partidos del sistema capitalista, sean liberales o de la falsa
izquierda, equivocadamente, buscan castigar con su voto y caen en
trampas electorales de la ultra derecha populista. Algo similar está
pasando con el voto a Salvini en Italia o a Le Pen en Francia. Desde
ya no podemos minimizar este voto equivocado y peligroso. Pero, en el
caso de Brasil, no creemos que sea un voto consolidado y estable a la
ultraderecha. Las cosas son más contradictorias. Los trabajadores
que votaron a Bolsonaro tienen la expectativa de que se termine con
la corrupción, con la inseguridad y que mejore su nivel de
vida. Nada de eso va a ocurrir. ¿Qué va a pasar cuando se acaben
esas expectativas? Lo primero a tomar en cuenta es que en Brasil la
clase obrera no está derrotada. El pueblo como castigó al PT puede
terminar castigando en las calles a Bolsonaro.
¿Se
va hacia un régimen dictatorial o neofascista?
Bolsonaro
es un político de ultraderecha o neofascista. Pero otra cosa es
definir que , desde el 1° de enero de 2019, cuando asuma el gobierno
ultrareaccionario de Bolsonaro, habrá un régimen nuevo, dictatorial
o neofascista. Bolsonaro quiere acabar con la crisis política
y social imponiendo un plan de explotación superior al actual, con
represión y desconociendo las libertades democráticas. ¿Podrá
hacerlo? Habrá que ver si el movimiento de masas se lo
permite. La clase trabajadora y los sectores populares no han sido
derrotados en las calles. Bolsonaro solo ganó una elección. En 2017
la clase obrera brasileña hizo una huelga general histórica, además
hubo centenares de huelgas en el país. El movimiento de mujeres
y de la juventud con su movilización por “Ele Nao” mostró su
decisión de resistencia. Para que exista un cambio de régimen
dictatorial y tienen que imponer una importante derrota al pueblo
trabajador. Y eso está por verse en las luchas por venir. Apostamos
a favor de la movilización obrera y popular para derrotar los planes
de Bolsonaro.
Miguel
Sorans
No rectifican ni se dan cuenta o no quieren darse cuenta Brasil Argentina y ahora Andalucía la región más grande de España botan derecha si de eso no se dan cuenta es que ni son de izquierdas, son más de derechas que el fascismo. Si los que se dicen Socialistas. Cómo los Españoles, los que se dicen Partido del Trabajo como en el Brasil y están en España treinta sñis gobernando y en Brasil15 demuestra de que no son entendido nada. Y que se creen que la derecha los va a perdonar. No saben que ellis serán los primeros en caer.
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