Oyentes, hoy por fin, y después de mas de 30 años sin nada, se celebra aquí en Madrid el merecido homenaje a Marcelino Camacho. Este luchador incansable, este obrero de la Perkins, no se amilano, ni con los franquistas, ni con los franquistas reconvertidos de la gloriosa transición. Tampoco se amilana con los neocons de hoy en dia, profetas de la globalización de las desgracias de la humanidad, desde su posición de comunista. Yo le pude saludar (yo que no soy nadie, en ninguna parte) en el VII Congreso Confederal de CCOO, y en una de las fiestas del PCE, a las que nunca falta, y la sensación que me transmitió es de comañerismo, de camaradería, de ser una persona cercana, desde su sencillez aplastante.
Viendo los tiempos que corren en mi sindicato, las CCOO, este debe de ser en ejemplo a seguir a todos aquellos, que de una manera o de otra, formamos parte de la organización de esta Confederación Sindical y apartar a todos los indeseables que desde sus posiciones se han convertido en el enemigo al cual combatimos.
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