A un año del 1 de octubre hay coincidencia entre los diferentes sectores que apoyaron su celebración en valorar que fue histórico, en el inmenso papel de la gente o en la brutalidad policial, entre otras cuestiones, pero hay posiciones claramente contrapuestas sobre su significado político y sobre la vigencia hoy del mandato que se deriva. Unos días antes del 1-O PDeCAT, ERC y la CUP afirmaban con contundencia que se trataba de un referéndum vinculante pero a la vez todas y todos teníamos dudas de si podría celebrarse o de si votaría un mínimo de gente como para dar legitimidad al resultado. La ANC, en voz de Jordi Sánchez, dijo que sería un éxito desbordante alcanzar el millón de votos. Si nos hubieran dicho entonces que votaríamos más de dos millones de personas (más gente que en el referéndum sobre la constitución europea de 2005) en las condiciones que lo hicimos, nadie se hubiera atrevido a cuestionar el cumplimiento de su resultado. De hecho, nadie se atrevió a hacerlo los días...
.........................................................AGENCIA INTERNACIONAL DE NOTICIAS