En los densos bosques de la idílica isla Persin sobre el Danubio, hogar del águila marina y el cormorán pigmeo en riesgo de extinción, se encuentran los espantosos restos de un campo de exterminio de la era comunista. Cientos de "enemigos del régimen" perecieron a causa de las palizas, la desnutrición y el cansancio entre 1949 y 1959 en el campo de concentración de Belene en Bulgaria, donde a los cerdos se les daba de comer cadáveres. Veinte años después de la caída del comunismo, Belene quedó casi olvidado, sólo una pequeña placa de mármol cuenta su horripilante historia. Y la nostalgia por el pasado está creciendo en este pequeño país de los Balcanes y por todo el ex bloque soviético. El fracaso del capitalismo a la hora de mejorar los niveles de vida, imponer el Estado de derecho y domar la corrupción y el nepotismo han dado lugar a cálidos recuerdos de los tiempos en que los que el índice de paro era cero, la comida era barata y la seguridad estaba garantizada. "Lo m...
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