@lecorbusier2
Vuelta al debate otra vez de la prostitución de la mano del partido liberal CIUDADANOS. Y vuelta a ver esta explotación fundamentalmente de mujeres como un empleo normal o como algo que tenemos que ir viendo como el que ve un cartero repartiendo certificados. Dice Albert Rivera que lo de la prostitución y su legalización es una cuestión de impuestos. Es decir que si las mujeres y hombres explotados sexualmente pagan religiosamente sus impuestos esta profesión podría ser legal. Por esa regla de tres las drogas, de cualquier tipo o color, o destructivas para el ser humano, podría legalizarse y los hurtos en las calles de Madrid, previo concurso público por calles, también. ¿Qué conseguimos con ello? no solo más recaudación sino lo que antes era un problema ahora deje de serlo.
Pero a todos estos liberales de nuevo cuño, peligrosísimos tengan esto en cuenta, se les olvida que aunque la prostitución y las drogas sean legales, seguirá existiendo un mercado negro al margen de impuestos y leyes.
Pero esto para mí no es lo importante, para mí lo importante y preocupante es que la carne (lo denomino así como si mi cerebro fuera un cerebro de un votante de CIUDADANOS) generalmente de mujeres, se la vea con un producto más del mercado, con la cual se juega generalmente a lo de la oferta y la demanda e incluso como ha dicho este elemento reaccionario, se la puede asignar locales para ejercer su profesión, o sea un mercado. De esto pasaremos a exponer dicha carne apta para el consumo humano en escaparates como el Ámsterdam siendo esto un signo de normalidad, como me dicen los que visitan esta ciudad entre palabras de sombro. Los próximo que tendrá que venir es que esta carne “apta para el consumo humano” es marcarla con un sello de denominación de origen que podría ser de Rumania, China, Hungria, Tailandia y quien dice que no podría ser ibérica de bellota si se traen mujeres de la provincia de Badajoz o Cáceres. Toda esta mercancía pasaría los correspondientes controles sanitarios de la mano de los veterinarios municipales señalando también fecha de consumo preferente o caducidad del producto, que me según creo es hasta los 67 si los votantes no lo impiden (esto a Cañete le daría lo mismo).
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