Si he perdido la voz en la maleza
aún me queda la palabra
Blas de Otero
En momentos donde la transición se cuestiona desde torres de marfil y el avatar de los tiempos la cronología no nos puede ser indiferente. Desde el Partido la reivindicación de aquella más allá de ser idílica supuso una serie de sacrificios que no puede quedar indiferente.
Andrés García Fernández fue asesinado el 29 de abril de 1979 en Madrid en la calle de Goya, considerada entonces “zona nacional” por la bandas ultraderechistas. El camarada miembro de la UJCE había pasado la tarde en el cine Carlos III, en la propia calle de Goya, y a las nueve de la noche, cuando él y otros cuatro amigos salieron de ver la película, decidieron acercarse a comer unos perritos calientes a un pequeño bar de la calle de Alcalá, situado junto al antiguo cine Benlliure, reconvertido ahora en un Media Mark. Cruzaron las calles de Velázquez y Núñez de Balboa y pasando frente a la cafetería California 47, conocido por el ambiente fascista y por ser uno de los núcleos donde ser gestaría intelectualmente el golpe de estado del 23-F. El camarada Andrés caería abatido ante la cuchillada homicida del fascismo más irredento.
Esto no queda ahí; el ministro José Luis Rosón minimiza el hecho dentro de la normalidad.
A pesar del enjuiciamiento de los criminales, a los que se les aplica el atenuante de minoría de edad -con lo cual quedó reducida la pena a ocho años de prisión mayor, accesorias más las costas y la indemnización de dos millones de pesetas a los herederos de Andrés-.
En está difícil tesitura, 36 años después, desde el Partido seguimos reivindicando su consideración como victima de terrorismo al camarada Andrés García cuyo sacrificio no puede quedar en envanecido como mero dato estadístico. En esa etapa conocida como Transición, evidentemente para nada modélica, las gentes de izquierdas seguíamos pagando con sangre la necesidad de un Estado de derecho para España. La democracia real pasa, pues, por reconocimiento de todos aquellos hombres y mujeres que pagaron con su vida su derecho de lucha por la libertad y el socialismo.
David García Carro
Secretaria de memoria del PCM
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