Escritor de firme posición política, Günter Grass -que murió hoy a los 87 años- fue un tipo que no dejó a nadie indiferente en su país. Habituado a duras polémicas, Grass fue un inmisericorde observador de la historia alemana, poniendo el dedo en la llaga sobre cuestiones sensibles de su historia reciente.
Así ocurrió luego que Alemania se reunificó luego de estar dividido en 2: la República Federal (RFA) y la República Democrática alemana (RDA). Grass fue un enemigo de la unión, por considerarla apresurada e invasiva y sus ideas las publicó bajo el título de Alemania: una unificación insensata, donde afirma que se destruyó mucha más cultura en ambos países en las postguerra que en el período mismo del conflicto bélico. "Soy consciente de que vivo en un mundo bárbaro que se las da de culto", dijo esa vez, despertando polvareda en sectores políticos progresistas, siendo él mismo cercano a la Social Democracia germana.
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