PARTE 1, 2 y 3
@lecorbusier2
PARTE 1
Las matemáticas y yo es algo que empieza en lo exotérico y termina en el esperpento ya que nunca nos hemos llevado nada bien. Desde muy temprana edad las matemáticas a parte de resultarme inútiles para las funciones vitales de “una persona humana” porque no las necesitamos para nacer, crecer, reproducirnos como locos y morir, siempre me han parecido cosa de nigromantes, brujos, futurólogos y gentes de mal vivir o de vivir en el lado oscuro de las cosas, luego me di cuenta que no porque aunque sea solo para ver que en la nómina mensual que los obreros, que cobramos por vender nuestra fuerza del trabajo, es necesaria para que el patrón, siempre pendiente de donde arañar al obrero para comprarse un mejor Audi, no te tangue o no lo haga en exceso.
De mi etapa escolar temprana recuerdo bien poco del mundo de los números. Algo ocurrió en mi interior para que el cerebro no lo considerara importante y permitiera que este se empapara con cosas de la biología como atrapar moscar y cortarla las alas para poder apreciar sus reacciones. Vagamente vienen a mi destellos de un pasado, allá por segundo o tercero de la EGB, donde mi querido profesor Don Fausto nos ponía dos cuentas diarias más un dictado en toda nuestra jornada escolar, y recuerdo que yo no daba una ni en las cuentas ni en el dictado porque que ya a esa edad yo militaba en el mundo del perezoso que como saben es un oso de movimientos lentos y cuya actividad diaria es dormir. Seguramente a diferencia de él que tendrá más pulsaciones de corazón, de mí se decía que solo tenía una al día.
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