Eran muchas voces de muchas personas de distintos países, diciendo alto y claro "no al glifosato". Y esta vez, la Comisión Europea nos ha escuchado. Ha sentido la presión de las cientos de miles de personas que con sus firmas han manifestado que no querían un producto "probablemente cancerígeno" en sus alimentos, campos y jardines. El pasado martes se votaba renovar 15 años la autorización del glifosato, pero finalmente la decisión se pospuso debido a que algunos Estados miembros se opusieron, empujados en buena medida por la presión ciudadana. ¡Cada apoyo cuenta!
Un día antes habíamos llevado al Ministerio de Agricultura las casi 100.000 personas que han firmado en España. Nuestro esfuerzo, junto con el de muchas organizaciones más, ha tenido la primera recompensa, pero podemos conseguir más. Podemos lograr su prohibición, o al menos una suspensión hasta que se haga una evaluación completa, rigurosa e independiente de sus efectos sobre la salud y el medio ambiente.
Cada vez hay mayor evidencia científica sobre los peligros del glifosato. Uno de los estudios más recientes concluye incluso que "las estimaciones que regulan la ingesta diaria tolerable para el glifosato en los Estados Unidos y la Unión Europea se basan en datos científicos obsoletos". Además, destaca la necesidad de realizar más estudios para determinar si el glifosato actúa como un disruptor hormonal en los seres humanos y señalan que hay muchos problemas ambientales asociados a esta sustancia química.
Algunos Estados miembros han mostrado su oposición a la propuesta de la Comisión en un tema que afecta a la salud de la ciudadanía. Su apuesta es seguir el principio de precaución, contemplado en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Según este principio, "en caso de que una política pudiera causar daños a las personas o al medio ambiente, y no existiera consenso científico al respecto, la política en cuestión debería abandonarse". Ante esto está claro que el glifosato debe prohibirse inmediatamente en la UE.
Lamentablemente, y aunque hayamos insistido, seguimos sin conocer la postura de España en esta materia. La votación sobre la renovación se podría posponer al 18 de mayo, próxima reunión agendada del comité de expertos nacionales, aunque cabe la posibilidad de que se reúnan antes de forma extraordinaria para abordar la autorización del glifosato.
Necesitamos hacernos oír más que nunca. No pararemos hasta que el medio ambiente y la salud de las personas estén antes que los beneficios de empresas como Monsanto. Ayúdanos a aumentar la presión y evitar que lo aprueben y nos sigan envenenando.
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