Contra el talón de hierro
Los medios de comunicación llevan a portada un país cuando tienen interés en atacar a su gobierno.
Una de las características que alguna vez hemos señalado en los grandes medios de comunicación, es su estrategia de llevar a portada un país cuando tienen interés en atacar a su gobierno y silenciarlo cuando son cómplices de los gobernantes. De esta forma, mediante la noticias insistentes presentan la situación del país como de constante crisis, convulsión y movilizaciones; o, por el contrario, mediante el silencio, la imagen proyectada será de normalidad y tranquilidad de buen gobierno.
Es por ello que todos los españoles saben quién es el presidente de Venezuela o de Bolivia, pero no el de México o de Perú. Ni tampoco nunca supieron quién gobernaba en Venezuela antes de Chávez ni en Bolivia antes de Evo Morales.
El último caso es el de Argentina. Tras la desaparición de la presidenta Cristina Fernández, indeseable gobernanta que renegaba del FMI, nacionalizaba Repsol, era amiga de Chávez y frenó el monopolio informativo que tenían unas pocas empresas de comunicación (Prisa y Clarín), ya Argentina ha desaparecido de la actualidad. Era de prever, ahora el gobernante, Mauricio Macri, es del gusto de nuestros medios y gobernantes. Mejor no molestar y dejar que haga su trabajo.
De esta forma, nada se ha informado en los medios europeos sobre el despido de doce mil empleados públicos y la revisión del contrato de otros sesenta mil a solo un mes de la llegada de Macri al gobierno (Telesur, 11-1-2016). La conflictividad laboral que ha levantado la medida también es silenciada, ya se sabe que en nuestros medios solo hay cabida para las movilizaciones y protestas contra los gobiernos indeseables, por minoritarias que sean. El anuncio de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) de que denunciará ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la ola de despidos de empleados estatales efectuados por el gobierno de Mauricio Macri no ha sido tampoco noticia (Telesur, 11-1-2016).
A los consumidores tampoco les está yendo bien. La inflación del 20-25% que anunció el ministro de Economía ya se encuentra en el 40%. Solamente el incremento del precio de la electricidad será del 700% debido a la eliminación de las subvenciones y la subida de las tarifas (Página12, 1-2-2016). Algo similar sucederá con el gas, el gobierno ya ha anunciado una subida del 500% (Sputnik, 1-2-2016).
En cuanto a las libertades, el gobierno de Mauricio Macri con la excusa del narcotráfico declaró la Emergencia de Seguridad Pública nacional por el término de un año, con la posibilidad de prorrogar la medida por otros 365 días. El decreto autoriza a las Fuerzas Armadas a derribar aeronaves.
Por su parte, Amnistía Internacional lanzó una “acción urgente” exigiendo que se garantice la integridad física de la activista social Milagro Sala, se ordene su liberación y se ponga fin a la persecución de las organizaciones sociales. Sala está en prisión por organizar una protesta en rechazo a un decreto provincial relacionado con el trabajo en cooperativas del cual forma parte. Todo ello ha sido considerado como incitación al delito y tumulto, y delito de sedición. “Estamos frente a un claro intento de criminalizar las prácticas relacionadas con el ejercicio del derecho a la protesta y a la libertad de expresión”, señaló Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina. “El uso de leyes penales no puede ser usado para intimidar y amenazar a las organizaciones sociales y silenciar sus reclamos”, destacó (Página12, 20-1-2016).
Todo esto, y mucho más, es lo que está sucediendo ahora en Argentina y que no veremos en nuestros medios porque ahora gobiernan los buenos.
Publicado en el Nº 293 de la edición impresa de Mundo Obrero febrero 2016
Contra el talón de hierro
Los medios de comunicación llevan a portada un país cuando tienen interés en atacar a su gobierno.
Una de las características que alguna vez hemos señalado en los grandes medios de comunicación, es su estrategia de llevar a portada un país cuando tienen interés en atacar a su gobierno y silenciarlo cuando son cómplices de los gobernantes. De esta forma, mediante la noticias insistentes presentan la situación del país como de constante crisis, convulsión y movilizaciones; o, por el contrario, mediante el silencio, la imagen proyectada será de normalidad y tranquilidad de buen gobierno.
Es por ello que todos los españoles saben quién es el presidente de Venezuela o de Bolivia, pero no el de México o de Perú. Ni tampoco nunca supieron quién gobernaba en Venezuela antes de Chávez ni en Bolivia antes de Evo Morales.
El último caso es el de Argentina. Tras la desaparición de la presidenta Cristina Fernández, indeseable gobernanta que renegaba del FMI, nacionalizaba Repsol, era amiga de Chávez y frenó el monopolio informativo que tenían unas pocas empresas de comunicación (Prisa y Clarín), ya Argentina ha desaparecido de la actualidad. Era de prever, ahora el gobernante, Mauricio Macri, es del gusto de nuestros medios y gobernantes. Mejor no molestar y dejar que haga su trabajo.
De esta forma, nada se ha informado en los medios europeos sobre el despido de doce mil empleados públicos y la revisión del contrato de otros sesenta mil a solo un mes de la llegada de Macri al gobierno (Telesur, 11-1-2016). La conflictividad laboral que ha levantado la medida también es silenciada, ya se sabe que en nuestros medios solo hay cabida para las movilizaciones y protestas contra los gobiernos indeseables, por minoritarias que sean. El anuncio de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) de que denunciará ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la ola de despidos de empleados estatales efectuados por el gobierno de Mauricio Macri no ha sido tampoco noticia (Telesur, 11-1-2016).
A los consumidores tampoco les está yendo bien. La inflación del 20-25% que anunció el ministro de Economía ya se encuentra en el 40%. Solamente el incremento del precio de la electricidad será del 700% debido a la eliminación de las subvenciones y la subida de las tarifas (Página12, 1-2-2016). Algo similar sucederá con el gas, el gobierno ya ha anunciado una subida del 500% (Sputnik, 1-2-2016).
En cuanto a las libertades, el gobierno de Mauricio Macri con la excusa del narcotráfico declaró la Emergencia de Seguridad Pública nacional por el término de un año, con la posibilidad de prorrogar la medida por otros 365 días. El decreto autoriza a las Fuerzas Armadas a derribar aeronaves.
Por su parte, Amnistía Internacional lanzó una “acción urgente” exigiendo que se garantice la integridad física de la activista social Milagro Sala, se ordene su liberación y se ponga fin a la persecución de las organizaciones sociales. Sala está en prisión por organizar una protesta en rechazo a un decreto provincial relacionado con el trabajo en cooperativas del cual forma parte. Todo ello ha sido considerado como incitación al delito y tumulto, y delito de sedición. “Estamos frente a un claro intento de criminalizar las prácticas relacionadas con el ejercicio del derecho a la protesta y a la libertad de expresión”, señaló Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina. “El uso de leyes penales no puede ser usado para intimidar y amenazar a las organizaciones sociales y silenciar sus reclamos”, destacó (Página12, 20-1-2016).
Todo esto, y mucho más, es lo que está sucediendo ahora en Argentina y que no veremos en nuestros medios porque ahora gobiernan los buenos.
Es por ello que todos los españoles saben quién es el presidente de Venezuela o de Bolivia, pero no el de México o de Perú. Ni tampoco nunca supieron quién gobernaba en Venezuela antes de Chávez ni en Bolivia antes de Evo Morales.
El último caso es el de Argentina. Tras la desaparición de la presidenta Cristina Fernández, indeseable gobernanta que renegaba del FMI, nacionalizaba Repsol, era amiga de Chávez y frenó el monopolio informativo que tenían unas pocas empresas de comunicación (Prisa y Clarín), ya Argentina ha desaparecido de la actualidad. Era de prever, ahora el gobernante, Mauricio Macri, es del gusto de nuestros medios y gobernantes. Mejor no molestar y dejar que haga su trabajo.
De esta forma, nada se ha informado en los medios europeos sobre el despido de doce mil empleados públicos y la revisión del contrato de otros sesenta mil a solo un mes de la llegada de Macri al gobierno (Telesur, 11-1-2016). La conflictividad laboral que ha levantado la medida también es silenciada, ya se sabe que en nuestros medios solo hay cabida para las movilizaciones y protestas contra los gobiernos indeseables, por minoritarias que sean. El anuncio de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) de que denunciará ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la ola de despidos de empleados estatales efectuados por el gobierno de Mauricio Macri no ha sido tampoco noticia (Telesur, 11-1-2016).
A los consumidores tampoco les está yendo bien. La inflación del 20-25% que anunció el ministro de Economía ya se encuentra en el 40%. Solamente el incremento del precio de la electricidad será del 700% debido a la eliminación de las subvenciones y la subida de las tarifas (Página12, 1-2-2016). Algo similar sucederá con el gas, el gobierno ya ha anunciado una subida del 500% (Sputnik, 1-2-2016).
En cuanto a las libertades, el gobierno de Mauricio Macri con la excusa del narcotráfico declaró la Emergencia de Seguridad Pública nacional por el término de un año, con la posibilidad de prorrogar la medida por otros 365 días. El decreto autoriza a las Fuerzas Armadas a derribar aeronaves.
Por su parte, Amnistía Internacional lanzó una “acción urgente” exigiendo que se garantice la integridad física de la activista social Milagro Sala, se ordene su liberación y se ponga fin a la persecución de las organizaciones sociales. Sala está en prisión por organizar una protesta en rechazo a un decreto provincial relacionado con el trabajo en cooperativas del cual forma parte. Todo ello ha sido considerado como incitación al delito y tumulto, y delito de sedición. “Estamos frente a un claro intento de criminalizar las prácticas relacionadas con el ejercicio del derecho a la protesta y a la libertad de expresión”, señaló Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina. “El uso de leyes penales no puede ser usado para intimidar y amenazar a las organizaciones sociales y silenciar sus reclamos”, destacó (Página12, 20-1-2016).
Todo esto, y mucho más, es lo que está sucediendo ahora en Argentina y que no veremos en nuestros medios porque ahora gobiernan los buenos.
Publicado en el Nº 293 de la edición impresa de Mundo Obrero febrero 2016
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