DW
Los prejuicios entre los alemanes del este y del oeste se mantienen incluso 25 años después de la reunificación del país, según un sondeo publicado este sábado (18.07.2015) por la revista Der Spiegel. Un tercio de los habitantes de la extinta Alemania comunista (RDA) considera, por ejemplo, arrogantes a los de la Alemania occidental, indica el estudio del Instituto de Población y Desarrollo de Berlín.
También los ven egoístas y “sabelotodos”, añade el sondeo. Por el contrario, los del oeste ven a sus pares de la antigua RDA como difíciles de satisfacer y ansiosos por conseguir todo. El estudio, que se presentará el miércoles con el título “Así va la unidad. Hasta dónde creció unida la Alemania antes dividida”, muestra otros aspectos llamativos de la reunificación.
Los alemanes del este u “Ossis” tienen por ejemplo una visión muy positiva de sí mismos y se consideran modestos y trabajadores. La percepción propia de los del oeste o “Wessis” es más bien negativa. Según los responsables del estudio, los valores del sondeo se mantuvieron casi constantes en el cuarto de siglo que pasó desde que la RDA y la más rica Alemania occidental se reunificaron en 1990.
Sin embargo, añaden, los prejuicios mutuos pierden vigor en las zonas donde existe un contacto personal directo entre habitantes de los dos antiguos bloques. “La unidad en las cabezas necesita más de una generación”, concluyó el director del instituto berlinés, Reiner Klingholz. (dpa)
También los ven egoístas y “sabelotodos”, añade el sondeo. Por el contrario, los del oeste ven a sus pares de la antigua RDA como difíciles de satisfacer y ansiosos por conseguir todo. El estudio, que se presentará el miércoles con el título “Así va la unidad. Hasta dónde creció unida la Alemania antes dividida”, muestra otros aspectos llamativos de la reunificación.
Los alemanes del este u “Ossis” tienen por ejemplo una visión muy positiva de sí mismos y se consideran modestos y trabajadores. La percepción propia de los del oeste o “Wessis” es más bien negativa. Según los responsables del estudio, los valores del sondeo se mantuvieron casi constantes en el cuarto de siglo que pasó desde que la RDA y la más rica Alemania occidental se reunificaron en 1990.
Sin embargo, añaden, los prejuicios mutuos pierden vigor en las zonas donde existe un contacto personal directo entre habitantes de los dos antiguos bloques. “La unidad en las cabezas necesita más de una generación”, concluyó el director del instituto berlinés, Reiner Klingholz. (dpa)
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