Se ha cumplido un año de la guerra más duradera que Hamás e Israel hayan mantenido hasta ahora. La operación Margen Protector duró 52 días y dejó unas cifras desoladoras, principalmente en Gaza. Sin embargo, parece que Hamás se prepara para una nueva confrontación, en su anhelo constante de continuar la lucha contra Israel a toda costa.
Y es que, según el Ejército de Israel, Hamás continúa con la construcción de túneles; lamanufacturación de cohetes de corto alcance, más difíciles de interceptar por el sistema Iron Dome –también recurren a ellos debido a que el contrabando a través de la frontera con Egipto ha sido frenado por las fuerzas de Al Sisi (el Ejército egipcio ha demolido más de 1.000 casas palestinas para frenar el tráfico ilegal) y no consiguen hacerse con cohetes de largo alcance como los que emplearon el año pasado–, y el adiestramiento terrorista –ha inaugurado otros 18 campos de entrenamiento–. Asimismo, está vigilando los movimientos del Ejército israelí en la frontera y adquiriendo material de alta tecnología con fines bélicos.
El líder del brazo militar de Hamás, Fathi Hammad, declaró:
Nuestras manos están en el gatillo y las fábricas de Izedín al Qasam [el brazo armado de Hamas] están operando día y noche. El día llegará e Israel pagará un alto precio.
Las palabras de Mahmud al Zahar, miembro del Comité Político de la organización islamista, son aún más certeras:
Los palestinos deben desarrollar su armamento para que puedan atacar cada pulgada de Palestina. Ésta es nuestra misión, y si no somos capaces de llevarla a cabo, estaremos traicionando al pueblo palestino (…) cada año, hasta que Palestina sea liberada, miles se alistarán en los campos de entrenamiento [de Hamas].
ARTÍCULO COMPLETO EN LA REVISTA, EL MEDIO
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