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Insurgente entrevista a Ángeles Maestro, militante de Red Roja
¿Lo ocurrido en Grecia es un varapalo para los que defienden el "Sí se puede" dentro del marco capitalista?
Es una demostración más de que otro capitalismo es imposible[1]. Dentro de la estructura de poder y las relaciones sociales capitalistas no hay espacio alguno, no ya para recuperar lo perdido y volver al Estado del Bienestar como defienden tanto Podemos, como IU y sus satélites de “Ahora en común”, sino ni siquiera para detener las interminables vueltas de tuerca hacia el abismo, como se ha demostrado en Grecia.
El pago de la Deuda, como lo fue en América Latina, África y Asia, es el mecanismo de extorsión por excelencia para imponer a los gobiernos las políticas que necesitan las clases dominantes; máxime en una situación de profunda crisis general del capitalismo sin salida previsible.
Sin asumir la anulación unilateral del pago de la Deuda y la consecuente salida del Euro y de la UE, no hay otra opción que el espectáculo lamentable de Syriza: doblar la rodilla ante las imposiciones ilimitadas de la troika y llevar al país a la debacle segura.
Red Roja lo viene planteando desde hace dos años: el pago de la Deuda es el final de cualquier soberanía y de los derechos sociales y laborales[2]. No es que tuviéramos una bola de cristal que nos permitiera saber lo que finalmente ha ocurrido en Grecia, simplemente hicimos análisis rigurosos sin las anteojeras del oportunismo electoralista.
¿Por qué fracasa el "buenísmo" reformista de Syriza?
En primer lugar, como he dicho, porque plantea políticas imposibles. El reformismo es un delirio de ilusos que mucha gente acepta - contra toda evidencia – porque es más cómodo y menos peligroso conseguir lo que se necesita introduciendo un voto en una urna y sin tocar los intereses de las clases dominantes....si ello fuera posible.
Que gentes más o menos ignorantes lo crean no es raro. La estafa viene de quienes enarbolan opciones irrealizables a sabiendas que lo son. El criterio mínimo imprescindible de legitimidad debiera ser decir la verdad al pueblo. Y tanto IU, como Podemos, como cualesquiera de las nuevas coaliciones lo saben y callan.
En segundo lugar, Tsipras en nombre de Syriza ha llevado a la práctica por enésima vez la función de la socialdemocracia en la historia. En momentos cruciales, de gran debilidad de las clases dominantes, traiciona al pueblo trabajador - cuyos intereses debía representar - para asegurar el poder de la burguesía. Los ejemplos son innumerables; desde la votación de los presupuestos de guerra en Alemania en 1914 hasta su participación directa en el asesinato de Rosa Luxemburg y de Karl Liebnecht en 1918, al papel de Kerenski desde marzo a octubre de 1917 o al del PSOE y el PCE en la Transición.
Lo que Tsipras ha hecho es lo que yo he visto en la dirección de IU una vez tras otra. Mientras no hay presiones, se mantiene la coherencia; pero cuando el poder ejerce su capacidad de chantaje y de amenaza – cuando de verdad hay que demostrar dónde se está, se traga con lo que haga falta. A velocidades de vértigo se impone lo “políticamente correcto”, es decir, lo que las clases dominantes exigen.
Y no es sólo IU, obviamente[3].
El asunto es que el dilema “reforma o revolución”, que pudiera ser sólo un debate más o menos interesante en otras épocas, hoy es acuciante. Y el problema de fondo, que hoy como en otros periodos históricos de crisis delimita campos irreconciliables, es si se “vende” (nunca mejor dicho) ante el pueblo la idea de que la democracia burguesa permite opciones políticas que cuestionen el derecho a la propiedad privada de los medios de producción, o se prepara al pueblo para enfrentar ese poder.
Y quien no hable de eso, como ha hecho la Syriza de Tsipras, o como hace Podemos o IU, lo que prepara es la escenificación de la próxima traición.
¿Lo ocurrido confirma lo que venían sosteniendo los comunistas griegos del KKE?
En lo fundamental, si.
Ante el gran revulsivo que fue la convocatoria del Referéndum – y los ataques de la UE al gobierno de Syriza por haber llamado al pueblo a opinar – era difícil entender que el KKE llamara al voto nulo. Pocos se detuvieron a analizar el contenido concreto de la pregunta que en ningún momento cuestionaba la pertenencia de Grecia a la Eurozona y a la UE. Mientras el pueblo construía su gran NO, Tsipras sacaba el conejo de la chistera y decía que lo incuestionable era la permanencia de Grecia en el Euro y en la UE, a costa de lo que fuera.
Las lágrimas de cocodrilo ante la brutal imposición de la troika no sirven. ¿Acaso no sabían los Syrizas de allí y de aquí frente a quién estaban? ¿Creían que era un pulso entre demócratas y no una extorsión de criminales? Es inaceptable alegar ignorancia, después de todas las enseñanzas de la historia, cuando lo que se trata es de justificar una descomunal cobardía y un crimen contra el pueblo.
Es evidente que el KKE tenía razón. Muchos analistas, James Petras entre ellos, lo han reconocido. No sería de recibo que en momentos tan críticos como los actuales, prevaleciera – al menos entre las gentes de buena fe - un anti-comunismo primario ante la evidente necesidad de unir fuerzas de izquierda frente a un órdago como el que enfrenta la clase obrera y el pueblo griego.
Lo que ocurre en Grecia es un gran laboratorio, tanto para el capital, como para el resto de los pueblos de Europa. Syriza es un experimento amortizado. Tras él se está erigiendo la gran confrontación que delimitará los campos en el futuro y que no ofrecerá muchas opciones.
Una de las más importantes para la clase obrera y para todos los pueblos del sur de Europa es confluir, coordinar políticas y presentar alternativas políticas, económicas y sociales convergentes capaces de enfrentar al enemigo común.
¿Qué otra salida tenía el pueblo griego tras el referéndum?
La única posibilidad de evitar lo que ha ocurrido era haber depuesto a Syriza con la lucha obrera y popular. Obviamente, aún no estaban las condiciones dadas.
El único camino serio que se abre es el de la resistencia frente a todas y cada una de las medidas que la alianza de Syriza con los partidos de la burguesía pretenda imponer al pueblo trabajador griego y que acentuarán el empobrecimiento masivo en el que ya vive. Es preciso fortalecer el poder de la clase obrera y construir una alternativa a Syriza desde la izquierda que inevitablemente tendrá como pilar al Partido Comunista y como programa suspender el pago de la Deuda, nacionalizar la banca y las grandes empresas monopolistas y salir del Euro y la UE.
Esa única opción de futuro desde la izquierda debe construirse también en el resto de los países de la UE, pero sobre todo en los del sur. Como lo están señalando muchas voces, es preciso aprovechar las contradicciones internas en el seno de la UE y entre Alemania y EE.UU., pero sobre todo marcar un rumbo claro y firme.
Red Roja lo ha planteado hace tiempo: romper con la extorsión de la Deuda tiene carácter de línea de demarcación. Pone de manifiesto ante el pueblo el eje político principal que sostiene en este momento todo el engranaje del poder y del que éste no puede prescindir. En ese sentido, No pagar la Deuda equivale a la exigencia de Paz, Pan y Tierra de los bolcheviques.
Trasladando lo ocurrido a España recordemos que IU, Podemos e incluso Amaiur fueron a Atenas a apoyar a Syriza en las elecciones....
El panorama que los nuevos gobiernos elegidos se han encontrado tras elecciones es pavoroso. Once CC.AA. están incumpliendo los objetivos de déficit y de deuda. Y la amenaza de intervención de ellas y de cientos de ayuntamientos está sobre la mesa. Por ejemplo en el País Valenciá, donde ya se habla abiertamente de Valenexit, el nuevo Consell se ha encontrado ante “una Generalitat Valenciana intervenida de facto, que antes de que llegara ya tenía todos los parámetros que debían haber conducido a la intervención de iure que Europa puede exigir en cualquier momento”[4]. Lo curioso es que, no sólo nadie habla de no pagar la Deuda, sino que en la pasada reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera lo único que cuestionaron las autonomías no gobernadas por el PP fueron las cifras concretas propuestas por Montoro de disminución del déficit y de % de reducción de la deuda, no la necesidad de reducir ambos indicadores.
Lo que sorprende es ese espeso muro de silencio de los nuevos gobiernos de izquierdas. Si no se le está explicando al pueblo que tienen las manos atadas si aceptan los objetivos del Tratado de Estabilidad de la Zona Euro y de las leyes que aquí lo desarrollan, como la Ley 2/2012, es porque no se plantean otro horizonte que acatar ese marco normativo. En otras palabras, jugar el mismo papel de esbirro que está jugando Tsipras.
¿Cómo resolver la dicotomía reforma/revolución en este momento, en este país?
El agotamiento, la inutilidad de las opciones reformistas, va a suceder pronto. Rajoy miente como un miserable, pero también engañan quienes ocultan que tras las elecciones generales – la misma troika, los mismos “hombres de negro”de Grecia van a exigir nuevas contrarreformas laborales y de las pensiones, más privatizaciones y mayores reducciones del gasto público. Y lo van a hacer, como en Grecia, con más ensañamiento si hay un gobierno de “izquierdas”, precisamente para demostrar que nos hay ninguna esperanza de soberanía y de democracia, que sólo cabe bajar la cabeza para encajar el yugo.
La ilusión depositada en las elecciones generales va a estallar como una pompa de jabón. Muy pronto. Por eso el trabajo oscuro de organización desde cada barrio, desde cada pueblo, las explicaciones pacientes acerca de la necesidad de prepararse para lo que se avecina y de no confiar en ilusiones sin fundamento alguno.
Por si cupiera alguna duda de la vacuidad abismal de los discursos de los nuevos “referentes”, léase el artículo de Pablo Iglesias que lleva un título tan sugerente como “Podemos: Una nueva Transición”[5]. Si no estuvieran jugando con las vidas de tanta gente, podría hablarse de una antología del absurdo.
¿Cómo se encuentra de salud la izquierda no reformista?
La confirmación de la justeza de los análisis – con el último ejemplo de lo ocurrido en Grecia con Syriza – es muy importante. Tanto como el silencio actual de quienes se daban codazos en Atenas para parecer al lado de Tsipras.
La realidad es tozuda y se impone a las brumas de los sueños o los delirios. Por muy sugerentes que sean. Y el pueblo la ve.
La construcción del puente entre el descrédito de las falsas ilusiones – que como en Grecia puede ser rápido y brutal – exige confluencias que partan del trabajo codo a codo con quienes más están percibiendo la necesidad de organización y de lucha: los sectores más explotados del movimiento obrero y los barrios populares.
La izquierda revolucionaria es la única capaz de ofrecer una alternativa al callejón sin salida de los nuevos señuelos electorales. A condición de que sepa estar bien cerca del pueblo trabajador, para que su mensaje sea escuchado cuando se vea que “el rey está desnudo”.
Ese trabajo de explicación paciente, que a algunxs impacientes desespera, es el único fecundo. Como decía Red Roja en su último Comunicado[6], “ĺa ambigüedad solo sirve a la desmoralización y a la derrota. Se está confirmando que es mucho menos útil que hablar claro y que nos hace perder un tiempo precioso. La victoria solo podrá venir de conjugar una línea revolucionaria y la máxima solidaridad internacionalista. Y hay que prepararla desde ya. ¿Acaso Ítaca no es tanto aquella isla “a lo lejos” como su propia singladura?”
[2] http://redroja.net/in dex.php/noticias-red-roja/noticias-cercanas/1910-informe-de-red-roja-sobre-la-ley-organica-22012-el-final-de-cualquier-soberania-y-el-arma-de-destruccion-masiva-de-los-servicios-publicos
[3] En el caso de la alemana Die Linke (La Izquierda) la presiones se recrudecieron ante la posibilidad de que su ascenso electoral le permitiera gobernar en determinados länders con el SPD y se concretaron en necesidad de eliminar su apoyo a la causa palestina para pasar a apoyar el “derecho de Israel a defenderse” y evitar así ser acusada de “antisemita”. En un comunicado de 2011 la organización citada afirmaba: “No participaremos en iniciativas sobre el conflicto de Oriente Medio que hacen llamamientos por la solución de un Estado para Palestina e Israel, o por la implementación de boicots contra productos israelíes, o incluso, en la Flotilla de este año hacia Gaza". http://redroja.net/index.php/noticias-red-roja/opinion/2789-las-tareas-de-la-izquierda-revolucionaria-ante-podemos-y-otras-opciones-electorales
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