A los 80 años continúa intelectualmente activo, escribiendo y publicando. Antes de jubilarse, entre 1979 y 2001, Wolfgang Fritz Haug fue profesor titular de Filosofía en la Universidad de Berlín. Pero esto sólo en teoría, pues lo que hizo fue reconvertir la asignatura en “filosofía de la praxis”; así la impartía desde un punto de vista marxista y feminista (por la influencia del movimiento feminista alemán de mayo del 68, y de su mujer Frigga Haug, especialista en la obra de Rosa Luxemburgo). Hoy continúa en el empeño de sacar adelante una magna obra en 15 volúmenes, y de la que se han publicado 10: el “Diccionario Histórico-Crítico del Marxismo”, que cuenta con varios artículos vertidos al castellano.En 2016 también vio la luz en lengua castellana “Lecciones de Introducción a la Teoría del Capital” (Laertes). Dentro de su vasta producción, en México se tradujo “Publicidad y consumo. Crítica de la Estética de Mercancías”. Wolfgang Fritz Haug está afiliado a Die Linke desde la fundación del partido en 2007 y es miembro del Consejo Científico de ATTAC. Fundó y dirigió durante muchos años la revista de filosofía y ciencias sociales “Das Argument”, que intentó ser heredera de “Zeitschrift für sozialforschung”, la publicación lanzada por Max Horkheimer. El filósofo alemán ha participado en la presentación del último número de la revista “Pasajes” (primavera de 2016) en la Universitat de València (La Nau).
-Fundaste y eres actualmente coeditor y director científico del “Diccionario Histórico-Crítico del Marxismo”. Hace una década pronunciabas en el estado español conferencias sobre el legado de Marx ¿Piensas hoy lo mismo que en 2007?
La respuesta es sencilla. Tenemos un capitalismo absolutamente global por primera vez en la historia. Y para los fundamentos del análisis del capitalismo, no hay teoría más fuerte y que a la vez nos oriente hacia la verdad que el marxismo. Pero en 2007 se trataba de otra cosa. De Marx se tenía la impresión, tras el final de la Unión Soviética, de un pensador pre-totalitario y determinista. Yo quise enseñar otra cosa, la “sorpresa” del Marx real. Lo que, con el filósofo y poeta Bertolt Brecht, llamo un “campo axiomático”, es decir, un Marx que construye y forma teoría, que trabaja como teórico.
-¿Qué aspecto de Karl Marx te interesa especialmente: el rol de economista, filósofo, político, agitador o tal vez como periodista? ¿En qué aspecto piensas que tiene mayor vigencia?
Mi planteamiento es otro. Investigué la fuente del pensamiento de Marx, pero no las teorías ya hechas sino su origen. El “código-fuente” de su pensamiento. Me parece que eso es muy actual. Por ejemplo, lo que entiende Marx –y no Hegel- por dialéctica. La interpretación que creo haber descubierto no es la tradicional, ni tan siquiera es compartida hoy por la mayoría de marxianos. La mayor parte de ellos tienen un concepto de la dialéctica que es el de Hegel. Sin embargo, aunque Marx haga muchas referencias a Hegel y lo venere, su idea es la contraria. Porque uno (Hegel) es idealista y el otro, materialista (Marx). ¿Qué significa esto? Lo expliqué ayer en una conferencia durante dos horas (sonríe). Mientras que la dialéctica hegeliana es de conceptos, lo esencial para Marx es entender los procesos reales; en otros términos, lo que está en la cabeza frente a lo que está afuera, en el mundo. No pueden ser lo mismo.
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-Fundaste y eres actualmente coeditor y director científico del “Diccionario Histórico-Crítico del Marxismo”. Hace una década pronunciabas en el estado español conferencias sobre el legado de Marx ¿Piensas hoy lo mismo que en 2007?
La respuesta es sencilla. Tenemos un capitalismo absolutamente global por primera vez en la historia. Y para los fundamentos del análisis del capitalismo, no hay teoría más fuerte y que a la vez nos oriente hacia la verdad que el marxismo. Pero en 2007 se trataba de otra cosa. De Marx se tenía la impresión, tras el final de la Unión Soviética, de un pensador pre-totalitario y determinista. Yo quise enseñar otra cosa, la “sorpresa” del Marx real. Lo que, con el filósofo y poeta Bertolt Brecht, llamo un “campo axiomático”, es decir, un Marx que construye y forma teoría, que trabaja como teórico.
-¿Qué aspecto de Karl Marx te interesa especialmente: el rol de economista, filósofo, político, agitador o tal vez como periodista? ¿En qué aspecto piensas que tiene mayor vigencia?
Mi planteamiento es otro. Investigué la fuente del pensamiento de Marx, pero no las teorías ya hechas sino su origen. El “código-fuente” de su pensamiento. Me parece que eso es muy actual. Por ejemplo, lo que entiende Marx –y no Hegel- por dialéctica. La interpretación que creo haber descubierto no es la tradicional, ni tan siquiera es compartida hoy por la mayoría de marxianos. La mayor parte de ellos tienen un concepto de la dialéctica que es el de Hegel. Sin embargo, aunque Marx haga muchas referencias a Hegel y lo venere, su idea es la contraria. Porque uno (Hegel) es idealista y el otro, materialista (Marx). ¿Qué significa esto? Lo expliqué ayer en una conferencia durante dos horas (sonríe). Mientras que la dialéctica hegeliana es de conceptos, lo esencial para Marx es entender los procesos reales; en otros términos, lo que está en la cabeza frente a lo que está afuera, en el mundo. No pueden ser lo mismo.
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