Pocos días después del nombramiento de Rajoy y Trump como dirigentes de España y Estados Unidos respectivamente, se celebra en Marrakech el encuentro anual sobre cambio climático de la ONU, la COP22. Son tres hechos relevantes que, vistos en conjunto, se convierten en preocupantes.
Primero, por la ausencia de Rajoy en la conferencia. El presidente estaba en Marrakech, pero no intervino en la ceremonia de presidentes. El motivo de su visita era otro: se entrevistaba con el Rey de Marruecos, cumpliendo la tradición de que el primer viaje fuera de la Unión Europea de un presidente del Gobierno español sea a Marruecos. Es cierto que Rajoy aprovechó la visita para acercarse a la COP y hacerse el par de fotos de rigor. Pero es preocupante que no creyera necesario que España estuviera presente en la ceremonia, donde se comienza a marcar el rumbo de la negociaciones climáticas e impulsar avances y acciones dirigidas a cumplir el Acuerdo de París.
Segundo, el nombramiento de Trump supone sin duda alguna una amenaza para la lucha mundial contra el cambio climático: quiere “cancelar” el Acuerdo de París, abandonar el impulso a las energías limpias, y promover las prospecciones de petróleo y gas. Cuando, antes de ser elegido presidente, le preguntaron si haría algún recorte, respondió que lo haría sobre la Agencia de Protección Ambiental “porque es una desgracia, cada día sacan nuevas normas.El ambiente está bien, lo que no puedes destruir es el negocio”. Dicho y hecho, para liderar la agencia Trump ha elegido a un negacionista del cambio climático.
En España, en Estados Unidos y en cualquier otra parte del mundo el cambio climático debe ser una prioridad de estado. No basta con ratificar el Acuerdo de París: necesitamos presencia en el marco internacional, políticas energéticas decididas con un futuro 100% renovable y decisiones políticas firmes ante el cambio climático que puedan garantizar un futuro sostenible para todas las personas.
Con un presidente despreocupado como Rajoy y otro negacionista como Trump, tenemos que trabajar más que nunca para defender el planeta. Seguir diciendo a políticos y empresas que el medio ambiente no se negocia, porque nos afecta a todos y todas. Seguir trabajando por un futuro renovable, y seguir señalando a quien anteponga el beneficio de las grandes empresas al medio ambiente. Greenpeace estará allí para hacerlo, y contigo lo lograremos.
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