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Con tu apoyo, seguiremospresionando al Gobierno para que abandone una energía peligrosa y apueste por energías renovables. |
Antes de que amaneciese, nuestros activistas se ponían ya en marcha. Equipados con pancartas y chalecos salvavidas, se subían a los botes para comenzar con una vistosa acción de denuncia. Conforme avanzaba el día, los rayos de sol comenzaban a iluminar una enorme flecha gigante de 500 m2 que señalaba uno de los mayores peligros de nuestro país: la central de Almaraz, en Cáceres, que en 2020 cumplirá 40 años de vida operativa. Todo con el objetivo de denunciar el peligro invisible que supone la energía nucleary especialmente con centrales tan antiguas como esta.
Almaraz ha tenido varios sucesos relacionados con su seguridad en los últimos años, y ha suspendido en ocho puntos destacados de las pruebas de estrés realizadas tras la catástrofe de Fukushima. Por eso nuestros activistas se han trasladado al embalse de Arrocampo, junto a la central nuclear, para hacer visible un claro mensaje: después de Garoña, Almaraz debe ser la siguiente en ser clausurada.
La instalación es propiedad de Iberdrola (52%), Endesa (36%) y Gas Natural Fenosa (11%) y en 2020 caducará su actual licencia de funcionamiento, lo que supone una oportunidad para que el Gobierno dé un paso hacia el desmantelamiento de la red nuclear en España evitando conceder una nueva licencia. Ahora ya no tiene excusas para no hacerlo.
“El nuevo Gobierno, con el ministro de Industria al frente, no puede eludir la cuestión del cierre progresivo de las nucleares y debe hacerlo con urgencia”, ha declarado Raquel Montón, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace. "El reto no solo es cerrar las obsoletas instalaciones nucleares de manera ordenada para evitar riesgos mayores, sino asegurar la financiación para su desmantelamiento y la gestión de sus residuos radiactivos, porque sería vergonzoso dar más licencias para que las grandes eléctricas sigan ganando más y pagar de nuestro bolsillo el coste del desmantelamiento de sus nucleares y de sus residuos de por vida", ha añadido Montón.
Con tu ayuda lo conseguiremos. Con estas y otras acciones llevadas a cabo por Greenpeace, seguiremos presionando al Gobierno de la necesidad de avanzar hacia el abandono de la energía nuclear y la sustitución por energías renovables y sostenibles. Juntos podemos hacer que las centrales como Almaraz sean cosa del pasado y que se impulsen las energías del presente y del futuro: las energías renovables. ¡Ni una licencia más!
Almaraz ha tenido varios sucesos relacionados con su seguridad en los últimos años, y ha suspendido en ocho puntos destacados de las pruebas de estrés realizadas tras la catástrofe de Fukushima. Por eso nuestros activistas se han trasladado al embalse de Arrocampo, junto a la central nuclear, para hacer visible un claro mensaje: después de Garoña, Almaraz debe ser la siguiente en ser clausurada.
La instalación es propiedad de Iberdrola (52%), Endesa (36%) y Gas Natural Fenosa (11%) y en 2020 caducará su actual licencia de funcionamiento, lo que supone una oportunidad para que el Gobierno dé un paso hacia el desmantelamiento de la red nuclear en España evitando conceder una nueva licencia. Ahora ya no tiene excusas para no hacerlo.
“El nuevo Gobierno, con el ministro de Industria al frente, no puede eludir la cuestión del cierre progresivo de las nucleares y debe hacerlo con urgencia”, ha declarado Raquel Montón, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace. "El reto no solo es cerrar las obsoletas instalaciones nucleares de manera ordenada para evitar riesgos mayores, sino asegurar la financiación para su desmantelamiento y la gestión de sus residuos radiactivos, porque sería vergonzoso dar más licencias para que las grandes eléctricas sigan ganando más y pagar de nuestro bolsillo el coste del desmantelamiento de sus nucleares y de sus residuos de por vida", ha añadido Montón.
Con tu ayuda lo conseguiremos. Con estas y otras acciones llevadas a cabo por Greenpeace, seguiremos presionando al Gobierno de la necesidad de avanzar hacia el abandono de la energía nuclear y la sustitución por energías renovables y sostenibles. Juntos podemos hacer que las centrales como Almaraz sean cosa del pasado y que se impulsen las energías del presente y del futuro: las energías renovables. ¡Ni una licencia más!
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