Tras la Segunda Guerra Mundial, en plena Guerra Fría, se erigió un símbolo de la diferencia entre dos culturas, el Muro de Berlín. Desde el 13 de agosto, cuando se comenzó a construir, hasta el 9 de noviembre de 1989, cuando ocurrió la famosa caída, millones de ciudadanos fueron prisioneros de una cárcel a cielo abierto.
En esos 28 años cientos de personas murieron intentando cruzar a la zona occidental, miles de familias se vieron separadas, hubo cientos de detenidos y miles de guardias fronterizos velaron porque nadie pasara al otro lado.
La caída del Muro de Berlín fue el primer paso hacia la unificación de las dos Alemania, que tuvo lugar el 3 de octubre de 1990. Posteriormente, el 20 de junio de 1991 Berlín se convertiría oficialmente en la nueva capital de la Alemania unificada.
Actualmente los restos del muro, de la represión y de la Guerra Fría son una de las mayores atracciones turísticas de Alemania.
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