Ayer, día 25/11, perdimos físicamente la compañía cotidiana del comandante Fidel Alejandro Castro Ruz. Sus cualidades personales engrandecieron un individuo, un pueblo, un país, una causa: la Revolución Socialista.
La historia se encargará de hacer con que la brecha que se are en esta fecha sea siempre más larga y profunda. Fidel hará siempre hará falta, y cada vez más. Junto a todas y a todos los que osan soñar y luchar por una humanidad que se encuentra, plenamente, con los ideales del humanismo, de la democracia, de la justicia social y de la fraternidad, los ideales de una humanidad socialista. El papel del individuo en la historia Fidel lo completó como Comandante Revolucionario: sabio, incansable, fuerte y humano.
Con la maestría que caracteriza a los que entran para la historia por sus ideales altruistas, Fidel supo conducir al Pueblo Cubano a andar de cabeza erguida, digno, altanero, consciente de que es portador de esperanza de una nueva sociedad para la humanidad. Juntos, Comandante y Pueblo, descubrirían que la revolución es cotidiana.
Y la pequeña Isla del Caribe, bajo el comando de su hijo revolucionario, supo engrandecerse frente al mundo. Se tornó gigante no por detentar un aparato bélico y prepotencia diplomática, que es propia justamente de las potencias imperialistas que la quisieron acabar. Cuba se engrandeció en el escenario internacional porque, incansablemente y con tenacidad, persiguió y conquisto su Soberanía Policía. Y fue más allá. Es gigante la Isla del Pueblo Cubano porque ningún país, en la historia de la humanidad, ejerció con tantas primacías el principio revolucionario de la solidaridad internacionalista. ¿Habrá algún país, en nuestro planeta, que en determinado momento no recibió la solidaria y fraterna ayuda de un médico o médica cubana? ¿Habrá alguna catástrofe, natural o causada por el hombre, que no recibió voluntarios y voluntarias cubanas para amenizar los dolores de la destrucción y de las pérdidas humanas?
Un pueblo digno, culto y altanero, un país soberano, dicen, los enemigos de la humanidad, que fue obra de un dictador. Nosotros, hermanados por el ideal de construir un mundo sin opresores y oprimidos, sabemos que solamente un revolucionario socialista osaría y sería capaz de dar tamaña contribución a la humanidad. Y el Comandante Fidel Castro supo contagiar un continente y servir de referencia para una generación de revolucionarios con sus ideas socialistas. La bandera del socialista siempre estuvo firmemente empuñada por el compañero Fidel Castro; Y así continuará, porque las generaciones futuras transformaran en realidad la utopía de una humanidad socialistas, la misma que alimento la vida revolucionaria del Comandante Fidel Alejandro Castro Ruz.
Viva Fidel Castro!
Viva el Pueblo Cubano!
Viva el Socialismo!
*Tradución de María Julia Giménez
La historia se encargará de hacer con que la brecha que se are en esta fecha sea siempre más larga y profunda. Fidel hará siempre hará falta, y cada vez más. Junto a todas y a todos los que osan soñar y luchar por una humanidad que se encuentra, plenamente, con los ideales del humanismo, de la democracia, de la justicia social y de la fraternidad, los ideales de una humanidad socialista. El papel del individuo en la historia Fidel lo completó como Comandante Revolucionario: sabio, incansable, fuerte y humano.
Con la maestría que caracteriza a los que entran para la historia por sus ideales altruistas, Fidel supo conducir al Pueblo Cubano a andar de cabeza erguida, digno, altanero, consciente de que es portador de esperanza de una nueva sociedad para la humanidad. Juntos, Comandante y Pueblo, descubrirían que la revolución es cotidiana.
Y la pequeña Isla del Caribe, bajo el comando de su hijo revolucionario, supo engrandecerse frente al mundo. Se tornó gigante no por detentar un aparato bélico y prepotencia diplomática, que es propia justamente de las potencias imperialistas que la quisieron acabar. Cuba se engrandeció en el escenario internacional porque, incansablemente y con tenacidad, persiguió y conquisto su Soberanía Policía. Y fue más allá. Es gigante la Isla del Pueblo Cubano porque ningún país, en la historia de la humanidad, ejerció con tantas primacías el principio revolucionario de la solidaridad internacionalista. ¿Habrá algún país, en nuestro planeta, que en determinado momento no recibió la solidaria y fraterna ayuda de un médico o médica cubana? ¿Habrá alguna catástrofe, natural o causada por el hombre, que no recibió voluntarios y voluntarias cubanas para amenizar los dolores de la destrucción y de las pérdidas humanas?
Un pueblo digno, culto y altanero, un país soberano, dicen, los enemigos de la humanidad, que fue obra de un dictador. Nosotros, hermanados por el ideal de construir un mundo sin opresores y oprimidos, sabemos que solamente un revolucionario socialista osaría y sería capaz de dar tamaña contribución a la humanidad. Y el Comandante Fidel Castro supo contagiar un continente y servir de referencia para una generación de revolucionarios con sus ideas socialistas. La bandera del socialista siempre estuvo firmemente empuñada por el compañero Fidel Castro; Y así continuará, porque las generaciones futuras transformaran en realidad la utopía de una humanidad socialistas, la misma que alimento la vida revolucionaria del Comandante Fidel Alejandro Castro Ruz.
Viva Fidel Castro!
Viva el Pueblo Cubano!
Viva el Socialismo!
*Tradución de María Julia Giménez
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