El pasado domingo, una batalla campal entre policía y manifestantes en Tel Aviv dejó más de 65 heridos. La razón: un vídeo viral con la brutal detención de Damas Pakada, soldado de la comunidad conocida como Beta Israel, procedente de Etiopía.
Pakada se reunió al día siguiente con el premier en funciones, Benjamín Netanyahu, y éste, además de elogiarle, le prometió que crearía una comisión ad hoc para atajar el racismo y la discriminación en Israel. “Todos debemos alinearnos contra el racismo, condenarlo y trabajar para erradicarlo”, sentenció Bibi. El presidente Rivlin, por su parte, reconoció errores históricos de las instituciones israelíes para paliar el problema: “Hemos errado, no hemos hecho suficiente”.
Fentahun Asefa-Dawit, director de la organización de defensa de los judíos etíopes Tebeka, se reunió también con Netanyahu para transmitirle las quejas de la comunidad a la que representa y le advirtió de que las autoridades tenían que hacer cambios. Asefa-Dawit afirmó:
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