Hace unos días se celebró, con gran profusión de traca falsimediática, el numerito que montó la CIA en Berlín hace 25 años escenificando la caída del Muro antifascista germano oriental, lo que aquí se llamó “muro de la vergüenza” por los desvergonzados que habían ejecutado (durante los años de la “guerra fría”, a golpe de bomba, tiro en la nuca y ametrallamientos varios) a ciudadanos inocentes de Europa Occidental y también a movimientos de izquierda, bajo el sello ultraderechista de Gladio-OTAN. Sin duda, el episodio berlinés de 1989 se trató de un espectacular golpe teatral histórico que mostraba al mundo, supuestamente, el triunfo de la voluntad “democrática” sobre la “tiranía”. Eso sí, mientras la ficha del dominó socialista seguía su curso por Europa, EEUU (con el habitual apoyo de sus aliados europeos) invadía Panamá y asesinaba a más de 3.000 personas, algunas haciéndolas desaparecer en el mar. Pero los malos, malísimos, seguían siendo los comunistas.
Lo que predomina en Latinoamérica es el debate sobre el porqué de la crisis y retroceso de los mal considerados gobiernos “progresistas”. Lo más sobresaliente es la crisis del gobierno de Maduro y el declive del chavismo. En diciembre pasado fue derrotado electoralmente. Esto se une a la grave crisis de Dilma-PT en Brasil, a las derrotas electorales del peronismo K en Argentina y de Evo en el referendo de Bolivia. Pretenden culpar de sus fracasos a “campañas de la derecha” y hasta a un “golpe” en Brasil. ¿Cuáles son las verdaderas razones de su crisis? Ante la debacle electoral del chavismo el primero en salir a justificarse fue Nicolás Maduro dando la explicación de que todo se debió a una “guerra económica” lanzada por el imperio”. García Linera, vicepresidente de Bolivia, aseguró que existe una “oleada contrarrevolucionaria” y que “está en riesgo la soberanía latinoamericana”. Y que esa “guerra económica” la orquestarían Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudita po
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