Hoy el ex
presidente Lula fue condenado por el juez Sergio Moro, en el marco de
la operación Lava Jato, por corrupción y lavado de dinero. También
fue condenado Léo Pinheiro, ex presidente de la OAS*, por corrupción
activa y lavado de dinero. De acuerdo con la sentencia, Lula recibió
prebendas indebidas de la OAS por medio de un tríplex en el Guarujá.
Lula tiene
el derecho de apelar el fallo en libertad y sigue con los derechos
políticos intactos, hasta una nueva decisión en segunda instancia.
La decisión judicial condenando a Lula está provocando un amplio
debate en el país. Entendemos que se necesita una posición que
supere la polarización entre los "defensores de Lula" y
los "defensores de Moro".
¡La
izquierda no puede defender a Lula!
Entendemos
que el PT, desde la reforma de las jubilaciones de 2003 y el
Mensalão** de 2005, cometió una traición de clase y se transformó
en un instrumento de la clase dominante, gobernando al servicio de
los banqueros, contratistas y del agronegocio, aplicando proyectos
similares a los del PSDB y PMDB. En esa transformación, defendiendo
las instituciones burguesas, Lula y Dilma gobernaron a través de los
mismos métodos corruptos que signaron los gobiernos de Sarney,
Collor y Fernando Henrique Cardoso. Ampliaron su espectro de alianzas
y mantuvieron el Congreso como un mostrador de negocios con las
viejas oligarquías. Compraron votos para constituir una mayoría
parlamentaria y votar reformas neoliberales como en el caso del
Mensalão, para aprobar la reforma de las jubilaciones de 2003.
Entraron en la financiación patronal de las campañas, donde las
empresas apoyan a candidatos que, después de elegidos, benefician a
las empresas "donantes". Lotearon cargos públicos y
transformaron empresas estatales, como Petrobras, en un mega esquema
de corrupción para implementar medidas contrarias a los derechos de
los trabajadores y del pueblo. En ese proceso, la cúpula del PT se
enriqueció, cambió de lado y se degeneró. Sus principales
dirigentes entraron en los esquemas inherentes al actual sistema. Se
convirtieron en asesores, ponentes, lobistas de las contratistas,
ayudando a su expansión. Por eso, la izquierda socialista, los
luchadores clasistas, la juventud combativa, jamás pueden defender a
Lula y el PT.
El ex
presidente Lula está tan comprometido con esos esquemas corruptos,
que recientemente dio declaraciones en defensa del presidente
ilegítimo Michel Temer, con quien gobernó el país por varios años
en medio de la coalición estratégica del PT con PMDB. Aún más,
llegó a dar testimonio en defensa de Eduardo Cunha, el odiado ex
presidente de la Cámara. Además, Lula, junto con Sarney y Fernando
Henrique Cardoso, así como Gilmar Mendes y Temer articulan un
intento de acuerdo nacional para salvar a los corruptos. No por
casualidad, Lula no defiende la revocación de las medidas que ya
fueron aprobadas por Temer y junto a la burocracia sindical ayudó a
desmontar el 30 de junio, ocasión en que las centrales retrocedieron
de la huelga general y abandonaron el Fuera Temer.
¡Ninguna
confianza en la justicia burguesa! ¡Ninguna confianza en el juez
Sergio Moro!
No podemos
depositar ninguna confianza en la justicia burguesa que integra un
acuerdo que deja impune a Michel Temer y sus ministros, Aécio Neves
y José Serra, y a los presidentes de la Cámara y del Senado,
Rodrigo Maia y Eunicio Oliveira. En momentos en que la justicia acaba
de conceder arresto domiciliario a Geddel Vieira (ex ministro del
Temer), a la vez que Aécio Neves, además de no haber sido
arrestado, volvió a ocupar el sillón de senador. Pero, sin duda, el
mayor absurdo de todos es que el corrupto Temer siga impune y en el
sillón de presidente, cuando hay pruebas más que suficiente para su
condena, lo que muestra el carácter parcializado de esa justicia.
Además de los ex presidentes de la República como FHC y Sarney.
Todos deberían ser condenados por corrupción y perder sus cargos,
así como sus bienes ser confiscados. La justicia burguesa nunca es
imparcial. El juez Sergio Moro y la operación Lava Jato colocaron
bajo secreto la lista de Odebrecht en 2016, y también ayudaron a
Temer vetando preguntas formuladas por Eduardo Cunha.
No podemos
esperar nada de Moro ni del grupo operativo del Lava Jato.
Para
alcanzar un efectivo castigo de todos los corruptos, sin
selectividad, hay que seguir en las calles, luchando contra el
recorte de derechos y la reforma jubilatoria, por el Fuera Temer, y
contra todos los involucrados en esquemas ilícitos: PMDB, PSDB, DEM,
etc. Ocupar las calles para exigir la divulgación de todos los
audios y de todos los sigilos de los involucrados en Lava Jato, la
prisión y confiscación de los bienes de todos los políticos y
empresarios corruptos, la estatización de las empresas involucradas
en la Lava Jato, así como la revocación de todas las medidas contra
el pueblo, votadas durante la vigencia del Mensalão y el Lava Jato,
como la reforma de la jubilación de 2003, las MP's 664 y 665 de
2016, la PEC 55 de 2016, la tercerización y la reforma laboral.
Por
último, sabemos que todavía hay muchos trabajadores honestos que
siguen creyendo en Lula. A estos trabajadores, les hacemos un llamado
a romper con el PT y Lula y a ayudar a construir una nueva
alternativa para la clase trabajadora.
Corriente
Socialista de los Trabajadores (CST-PSOL), sección brasileña de la
Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional
(UIT-CI)
12 de Julio de 2017
12 de Julio de 2017
Notas de
la traducción:
*OAS es un
conglomerado multinacional brasileño, de capital privado, que reúne
empresas presentes en territorio nacional y en más de 20 países.
**Escándalo
de las mensualidades, sobornos pagados periódicamente a diputados
opositores para que apoyaran las contrarreformas laborales de Lula al
inicio de su primer gobierno.
Comentarios
Publicar un comentario