Iberdrola y Endesa se están frotando las manos. En una carrera contrarreloj, el Partido Popular está acelerando el proceso de reapertura de la vieja central nuclear de Santa María de Garoña, antes de que se forme nuevo gobierno. Si lo consigue, los ciudadanos pagarán con su seguridad y su dinero los intereses económicos y políticos de las eléctricas y el PP.
El último movimiento lo está dando el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que presentó ayer miércoles una propuesta de varios permisos para que la central nuclear pueda reabrir y continuar su explotación 20 años más allá de la fecha límite para la que fue diseñada. El CSN ha de estar bajo el control del Congreso, sin embargo sigue con una representación basada en la anterior composición parlamentaria: de las cinco personas que componen la dirección del CSN, tres han sido elegidas por el Partido Popular.
Tras el informe positivo del CSN, le toca al Ministerio de Industria en funciones conceder la autorización final de reapertura a Iberdrola y Endesa, las propietarias de la central. Tras ello, si el Congreso o el próximo gobierno decide desmantelar la vieja central, las compañías podrían reclamar pérdidas por “lucro cesante”, cuya indemnización saldría del bolsillo del contribuyente. ¿Una jugada maestra?
Este episodio es el último de una larga lista de irregularidades que se han dado cita en Garoña, y que Greenpeace ha ido denunciando puntualmente. Inaugurada en 1970, se trata de la central nuclear más vieja de la Unión Europea, y lleva ahora más de tres años parada sin que ello haya supuesto ninguna falta de suministro en el sistema eléctrico español. Sin embargo, bajo la excusa de la demanda energética, el Partido Popular, Endesa e Iberdrola están jugando con una fuente de energía obsoleta y peligrosa, cuya existencia pone en riesgo cada día a miles de personas y a grandes zonas de nuestro país, para favorecer unos intereses económicos y políticos particulares que nada tienen que ver con el suministro de energía o el interés general de España.
Greenpeace va a seguir trabajando para frenar el poder de las elécticas y la reapertura de Garoña. Así se lo vamos a decir al CSN en una reunión hoy jueves. Además, estamos pidiendo a los diputados que muestren al CSN su desacuerdo y que le recuerden que ha de atenerse a las decisiones del nuevo Congreso. Y no dejaremos de exigir a las eléctricas un impulso real de un modelo energético basado en energías renovables, que favorezca a las personas y respete el medio ambiente. ¿Te sumas?
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