En el terreno económico el único que espera con ansia el inicio de curso es El Corte Inglés. Estas fechas se han convertido en un quebradero de cabeza para miles de familias que tienen que afrontar enormes gastos para que sus hijos puedan acceder a un derecho fundamental como es la educación. Junto con la escuela llegan también las facturas de los libros de texto y del resto de material. Sólo los libros suponen un desembolso entre 90 y 200 euros por alumno, que van directos a los bolsillos de las grandes editoriales que monopolizan el sector.
Este año, su patronal (ANELE) se ha cogido un tremendo berrinche por la paralización de la LOMCE en algunas comunidades. Su motivo no era ni mucho menos educativo, sino meramente lucrativo: ¡los hasta 200 millones de euros que se dejarían de embolsar! El curso pasado ingresaron 726 millones de euros en libros en papel, y otros 30 millones en libros digitales, que básicamente son los mismos pero con una animación para pasar de página y casi al mismo precio, eso sí, ahorrándose el coste del papel.
Los propios datos del Ministerio de Educación reflejan esta realidad sin disimulos. El curso pasado hubo 200.000 becados menos con ayudas para libros de texto y material escolar, el nivel más bajo de los últimos diez años. La beca extraordinaria para el cambio a la LOMCE, de 25 millones de euros, no es más que un regalo a las editoriales, máxime cuando hace cuatro años, sin cambio de ley educativa, se destinaban 100 millones en ayudas. A esto hay que sumarle, por supuesto, el resto de recortes en becas generales y el incremento de tasas.
Los propios datos del Ministerio de Educación reflejan esta realidad sin disimulos. El curso pasado hubo 200.000 becados menos con ayudas para libros de texto y material escolar, el nivel más bajo de los últimos diez años. La beca extraordinaria para el cambio a la LOMCE, de 25 millones de euros, no es más que un regalo a las editoriales, máxime cuando hace cuatro años, sin cambio de ley educativa, se destinaban 100 millones en ayudas. A esto hay que sumarle, por supuesto, el resto de recortes en becas generales y el incremento de tasas.
El quién es quién de las editoriales
Para las editoriales los libros de texto no son simplemente un mercado cautivo del que sacar dinero año tras año, también son una forma de introducir los valores de la jerarquía de la Iglesia católica y de los grandes poderes económicos en las aulas.
Un vistazo por las estanterías de las librerías sirve para hacerse una idea. La editorial SM (siglas de Santa María) es controlada por los Hermanos Marianistas. Edebé es propiedad de los Padres Salesianos. Edelvives es de los Hermanos Maristas. Bruño pertenecía a los Hermanos de La Salle hasta que la vendieron al grupo Hachette-Livre, que también son dueños de la editorial Anaya y que, a su vez, forma parte del grupo Lagardère, cuya otra actividad principal es la venta de armamento. El repaso lo cierra la editorial Santillana, perteneciente al grupo PRISA, fundado por el exfalangista Jesús Polanco, que consiguió toda su fortuna gracias al sistema educativo de la dictadura. PRISA es ahora propiedad, en la práctica, del grupo de inversión americano Liberty.
Con estos dueños es evidente que lo que se escribe en estos libros no es imparcial. En muchos casos el adoctrinamiento se hace sin mucho disimulo. Fueron muy famosos los libros de texto de la ya difunta asignatura de Educación para la Ciudadanía. Algunos de ellos, como los de la también católica editorial Casals, aprovechaban para decir que el aborto era una violación de los Derechos Humanos o que el papel de la mujer es ser el cimiento de la familia. Pero también se aprovecha la Ética, la Filosofía, y la Historia. En algunos casos se presenta la Guerra Civil como un conflicto entre hermanos, del que todos somos culpables (editoriales Bruño, Santillana…), o que la Revolución Rusa fue un golpe de Estado (Santillana). Economía se lleva la palma: sistemáticamente se presenta al capitalismo como la única forma viable de funcionar para la sociedad.
Desde luego, el currículo oficial de la LOMCE facilita el trabajo. La introducción de la asignatura “Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial” está lejos de intentar preparar a los estudiantes para ser ciudadanos críticos, con conocimientos económicos y de sus derechos laborales. Más bien es una glorificación del capitalismo salvaje, de la importancia del “emprendedor”, de ser “flexible y adaptarse a los cambios” (sinónimos de la explotación laboral) y muchas, muchas loas a Amancio Ortega (en todos los libros de texto de la asignatura), sin mencionar “detallitos” como la explotación de sus trabajadores en Bangladesh o Marruecos.
La nota de humor la ha puesto el libro de la editorial Macmillan —propiedad de Springer Nature, uno de los principales editores del mundo— para 6º de Primaria en centros bilingües de Madrid. Se presenta, ni más ni menos, que a Esperanza Aguirre como la representante de la modernidad española, abriendo colegios y hospitales a diestro y siniestro… privados, claro. Los públicos los cerraba. Este peloteo zafio es el pago a los contratos de formación a profesores en enseñanza bilingüe que han conseguido en estos años.
Un vistazo por las estanterías de las librerías sirve para hacerse una idea. La editorial SM (siglas de Santa María) es controlada por los Hermanos Marianistas. Edebé es propiedad de los Padres Salesianos. Edelvives es de los Hermanos Maristas. Bruño pertenecía a los Hermanos de La Salle hasta que la vendieron al grupo Hachette-Livre, que también son dueños de la editorial Anaya y que, a su vez, forma parte del grupo Lagardère, cuya otra actividad principal es la venta de armamento. El repaso lo cierra la editorial Santillana, perteneciente al grupo PRISA, fundado por el exfalangista Jesús Polanco, que consiguió toda su fortuna gracias al sistema educativo de la dictadura. PRISA es ahora propiedad, en la práctica, del grupo de inversión americano Liberty.
Con estos dueños es evidente que lo que se escribe en estos libros no es imparcial. En muchos casos el adoctrinamiento se hace sin mucho disimulo. Fueron muy famosos los libros de texto de la ya difunta asignatura de Educación para la Ciudadanía. Algunos de ellos, como los de la también católica editorial Casals, aprovechaban para decir que el aborto era una violación de los Derechos Humanos o que el papel de la mujer es ser el cimiento de la familia. Pero también se aprovecha la Ética, la Filosofía, y la Historia. En algunos casos se presenta la Guerra Civil como un conflicto entre hermanos, del que todos somos culpables (editoriales Bruño, Santillana…), o que la Revolución Rusa fue un golpe de Estado (Santillana). Economía se lleva la palma: sistemáticamente se presenta al capitalismo como la única forma viable de funcionar para la sociedad.
Desde luego, el currículo oficial de la LOMCE facilita el trabajo. La introducción de la asignatura “Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial” está lejos de intentar preparar a los estudiantes para ser ciudadanos críticos, con conocimientos económicos y de sus derechos laborales. Más bien es una glorificación del capitalismo salvaje, de la importancia del “emprendedor”, de ser “flexible y adaptarse a los cambios” (sinónimos de la explotación laboral) y muchas, muchas loas a Amancio Ortega (en todos los libros de texto de la asignatura), sin mencionar “detallitos” como la explotación de sus trabajadores en Bangladesh o Marruecos.
La nota de humor la ha puesto el libro de la editorial Macmillan —propiedad de Springer Nature, uno de los principales editores del mundo— para 6º de Primaria en centros bilingües de Madrid. Se presenta, ni más ni menos, que a Esperanza Aguirre como la representante de la modernidad española, abriendo colegios y hospitales a diestro y siniestro… privados, claro. Los públicos los cerraba. Este peloteo zafio es el pago a los contratos de formación a profesores en enseñanza bilingüe que han conseguido en estos años.
En defensa de la educación pública; libros de calidad y gratuitos para todos
Ya está bien de trasvasar dinero de los bolsillos de las familias a la jerarquía eclesial y a las grandes multinacionales. Una educación verdaderamente gratuita no puede suponer gastar cientos de euros año tras año. Los libros de texto deben ser totalmente gratuitos. Y, sobre todo, no se puede permitir que las aulas se conviertan en un púlpito para la exaltación de los valores del libre mercado y la fe católica. Es imprescindible que la elaboración y distribución de los libros de texto sea arrebatada al sector privado y puesta en manos del Estado para que con criterios pedagógicos y democráticos se elaboren los contenidos que luego sirvan para mejorar la calidad de la educación pública y el sent
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