La
lucha de muchas personas y colectivos de LGBT (lesbianas, gais, transexuales y
bisexuales) ha propiciado en la última década cambios legislativos en materia
de igualdad y defensa de los derechos de las personas LGBT.
El
matrimonio igualitario y la adopción por parte de parejas del mismo sexo (Ley
13/2005 de 1 de julio) o la modificación de nombre y sexo en los documentos
oficiales para las personas transexuales (Ley 3/2007 de 15 de marzo) son dos
ejemplos de estos cambios legislativos.
Formalmente,
la discriminación motivada por la orientación sexual o la identidad de género
es contraria a la ley en el Estado español. Así lo indican el Estatuto de los
Trabajadores en su Artículo 4.2, la ley 62/2003 de 30 de diciembre en su
sección 3 sobre igualdad de trato y no discriminación en el trabajo.
Sin
embargo la discriminación laboral hacia las personas LGBT continúa siendo un
problema empeorado por la crisis. Muchos de los derechos civiles y sanitarios
conquistados están en peligro. Así, la entrada en vigor de la reciente Orden
SSI/2065/2014 de 30 de noviembre excluye a las mujeres solteras y parejas de
mujeres de la cobertura pública de tratamientos de reproducción asistida. Además,
estamos asistiendo a una preocupante escalada de agresiones homófobas y
transfóbicas.



En
el último estudio mencionado, la ocultación de una parte tan importante de la
identidad personal conllevó las siguientes consecuencias negativas para que
trabajadores y trabajadoras:
·
Evitar participar en actividades sociales con compañeros/as
·
Peores niveles de motivación y bienestar percibido en el trabajo
·
Sentimientos de tristeza y depresión.
Por
ejemplo, una persona LGBT que desee beneficiarse de permiso por matrimonio o
registro de pareja de hecho, permisos enfermedad o visita médica del cónyuge o
hijos o familiares de ese matrimonio o pareja de hecho, ayudas sociales reconocidas
en convenios para cónyuge o hijos/as o familiares de ese matrimonio o pareja de
hecho, permisos relacionados con la maternidad o paternidad, ha de hacerse
visible y asumir las consecuencias que ello puede tener. Si ello puede
constituir un problema con compañeros y compañeras, con sus jefes, etc. una
alternativa será renunciar a dichos beneficios por garantizar la estabilidad en
el trabajo, asimilándose a la “normalidad”, entendida en este sentido como
“heterosexualidad”.
Por
tanto, tras la igualdad formal es
preciso luchar por conquistar la igualdad
real. Nadie debería tener la obligación de ocultar su afectividad
o sexualidad, su modelo de convivencia, su pareja.


Se
hace necesario que en nuestra actividad diaria en las empresas y centros de
trabajo sepamos señalar este problema crucial y estimulemos el respeto hacia la
diversidad por motivo de orientación o identidad sexual entre compañeros/as. Se hace obligado que los delegados/as y
activistas de co.bas en sus empresas
sean ejemplares en su conducta, en
su combate, contra toda discriminación, tanto de palabra como de hecho. Que
cualquier trabajador/a LGTB vea en nosotras/os un apoyo, tanto en la
convivencia cotidiana como a la hora de expresar las reivindicaciones por una
igualdad real en todo acuerdo o convenio.
Las organizaciones sindicales comprometidas
con la igualdad y la defensa de los derechos de trabajadoras y trabajadores,
tenemos un papel fundamental en garantizar un trato igualitario.
Desde
nuestro sindicato a nivel general estamos trabajando, y seguiremos haciéndolo,
por entablar relaciones de colaboración con todas las asociaciones y entidades
de LGTB, con el fin de propiciar una acción de lucha común.
Comentarios
Publicar un comentario