La Biblia es el libro más importante de la civilización occidental. Cuna de los principios y valores vertebradores de nuestras sociedades, sus relatos están, para creyentes, ateos y agnósticos, sujetos a una pasión y una curiosidad milenarias. La arqueología se ha abalanzado sobre Oriente Medio, especialmente desde finales del siglo XIX, para hallar pruebas de la veracidad de los mismos. Entre los más importantes está el del Éxodo: la salida de los esclavos israelitas de Egipto liderada por Moisés, que se ayudó del poder divino para doblegar la voluntad del faraón.
No sólo la ciencia ha analizado la Biblia, también, por supuesto, el cine. Este año que se ha ido, el 2014, ha sido prolífico en cine bíblico: Noé, The Son of God y finalmente Exodus: Gods and Kingshan aportado nuevas perspectivas de los capítulos más trascendentales de la Biblia.
Exodus: Gods and Kings ha sido una de las películas de estas Navidades, y ha adquirido especial relevancia no sólo por haber sido censurada en Marruecos y tachada en Egipto de sionista y falsaria, sino porque ofrece una versión diferente, innovadora y más realista de la que habita el imaginario popular.
Como dice Spielberg en su Príncipe de Egipto, esta historia (el Éxodo) es la piedra angular de la fe de millones de personas en todo el mundo.
La película de Ridley Scott conjuga realidad y mito e intenta obtener lecturas actuales de lo que pudo ser la salida de los esclavos hebreos de Egipto. Por otro lado, en muchos aspectos se acerca más al relato bíblico que la mencionada El príncipe de Egipto o Los Diez Mandamientos de Cecil. B DeMille.
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