Declaración
de Lucha Internacionalista ante los últimos encarcelamientos
Con
el retorno a la prisión de más consejeros/as, la ex-presidenta del
Parlamento y la activación de las órdenes internacionales de
extradición contra Puigdemont y contra los y las consejeras que
están en el exilio, el Estado ha subido un escalón más en la
escalada represiva. Esta ofensiva, contra los dirigentes
independentistas, es la punta del iceberg del macro proceso contra
bomberos, profesorado, payasos, mecánicos, concejales... Es el
aparato del Estado que se ensaña contra todo el pueblo que se rebeló
el 1 y el 3 de octubre. Al mismo tiempo, el Estado ha suspendido la
ley catalana de la sanidad universal, que daba una mínima cobertura
sanitaria a los sin papeles. La ofensiva se da en todos los frentes.
La
colaboración de la Unión Europea (UE) y sus estados con la
represión demuestra un vez más que es un club de estados y de
multinacionales y que los pueblos y la clase trabajadora no pueden
esperar nada, más allá de las contradicciones que podamos generar
entre unos y otros. Los mismos que hunden en la miseria al pueblo
griego son quienes niegan el derecho del pueblo catalán a su
autodeterminación nacional.
Con
esta situación, es un error creer que el problema es constituir un
Gobierno, aunque sea autonomista, para frenar el 155. Porque el
problema no se limita al 155: el Estado ha creado los instrumentos
para tener atadas las instituciones, con la intervención de las
finanzas y la amenaza permanente del golpe policial y judicial. Las
autonomías tal como las hemos conocido son cosa del pasado. El
Estado Autonómico de la constitución del 78 ha entrado
definitivamente en quiebra y se profundiza la crisis de la Monarquía.
Apoyamos
la posición manifestada por la CUP-CC de investir Puigdemont, que
fue el presidente cesado por el 155, porque supone un acto de
soberanía ante las prohibiciones del Estado que niegan los
resultados de las elecciones del 21 de diciembre. Esta decisión no
tiene que implicar ningún compromiso con la política que pueda
desarrollar el Gobierno catalán ni tiene que condicionar la nuestra.
Se tiene que seguir denunciando públicamente la dilación y los
reiterados acatamientos
a la legalidad del Estado de JxC y ERC.
Cada
paso atrás no frena la escalada represiva, al contrario lo estimula
porque el Estado no busca un acuerdo sino una derrota histórica del
independentismo para salvar la Monarquía, y a la vez, completar un
largo proceso de recentralización que empezó en 1982 con la LOAPA
aprobada por UCD y el PSOE y continuó con Aznar. Por eso son
nefastas las continúas vacilaciones y dudas que ha generado la
dirección política de PDeCAT (o JXC) y ERC. Lo fueron cuando no se
proclamó la República el 3 de octubre, en el mejor de los
escenarios posibles, la huelga general. Lo fueron el 10 de octubre
con la proclamación suspendida, y lo fueron después del 27 de
octubre con lo entrega de las instituciones al 155 sin resistencia y
sin llamamiento a la movilización. Lo fueron con las declaraciones
ante el juez negando la efectividad de la proclamación de la
república catalana... renuncias que no han servido para sacarlos de
la prisión, pero que han provocado desconcierto, desgaste y
decepción.
La
clave de la situación pasa por recuperar la movilización contra la
represión y por la República catalana. Nos hace falta un plan de
lucha con nuevas convocatorias de huelga general, un plan debatido
desde abajo. Y para hacerlo posible hemos de impulsar, desde los
Comités en Defensa de la República y desde la plataforma del
sindicalismo alternativo y de las organizaciones políticas que
convocaron la huelga general del 3 de octubre, una asamblea amplia de
los dos organismos para aprobar el plan y la huelga general.
Necesitamos
convocatorias para impulsar la participación amplia y masiva, no
acciones de unos pocos que alejen a la mayoría. Hay que ensanchar
la base, pero no retrocediendo hacia un autonomismo inexistente, sino
conectando la ruptura republicana con la satisfacción de las
necesidades sociales de una mayoría obrera. La lucha por la
República la ganaremos si la identificamos con unas pensiones dignas
o con las reivindicaciones del día de la mujer trabajadora, contra
los recortes y la precariedad, contra los despidos y en defensa de
las condiciones de trabajo... porque es por eso que también queremos
República. Hay que estar junto a los y de las trabajadoras de la
restauración, del Lote
22, que luchan en
huelga indefinida en el aeropuerto de Barcelona contra el
desmantelamiento de las conquistas que quiere imponer AENA, como hay
que estar con los y las trabajadoras de las Càrnies
en lluita en
Vic (Barcelona).
Pero este compromiso hacia la clase obrera no lo puede hacer quién
ha gobernado Cataluña con recortes en la escuela y la sanidad
pública de los gobiernos de CiU o JXS con ERC. Hay que hacerlo desde
la izquierda independentista y la izquierda revolucionaria, desde la
CUP-CC. Necesitamos construir un sólido referente de izquierdas por
la República Catalana, desde el internacionalismo y la solidaridad
de clase.
Con
esta actitud comprometida con las clases populares, hay que denunciar
Ciutadans en el cinturón industrial ante un sector de la clase
obrera que los votó, porque detrás de la bandera monárquica
quieren ocultar que son un instrumento del Ibex 35 y de las políticas
para atacar las clases populares, que son también las del PP, como
el incremento del 0’25% de las pensiones. Son quienes ha pactado
con el PP unos presupuestos para imponer nuevos recortes: reducir por
debajo del 4% del PIB el dinero por educación y del 6% los de
sanidad, todo un récord. Con el 155 en activo, se han blindado los
más de 1.000 millones en los conciertos educativos, pero no se hace
ninguna inversión para mejorar la enseñanza pública.
La
lucha por la República la ganaremos si intentamos por todos los
medios que no quede aislada y si hacemos de la solidaridad con el
resto de pueblos del Estado e internacional una constante. Ha habido
movilizaciones de apoyo en las Baleares, el País Valenciano, el País
Vasco, Galicia, Madrid y en muchos países. Hay que ampliar la
campaña de solidaridad a todo el estado y a nivel internacional:
desde With Catalonia se hace un llamamiento a la movilización el fin
de semana del 14 y 15 de abril. Es responsabilidad de Podemos, que se
escandaliza de lo que hacen los jueces y el gobierno del PP, hacer
un llamamiento a llevarla solidaridad a la calle. Como lo es también
de las direcciones de CCOO y UGT que tienen en sus manos la
posibilidad de frenar la represión del estado si hicieran un
llamamiento en solidaridad con el pueblo y los y las trabajadoras
catalanas. Por eso hay que seguir trabajando en el marco de las
Marchas de la Dignidad, que nacieron para defender “pan, trabajo y
dignidad” y que han defendido el derecho de autodeterminación y el
referéndum del 1 de octubre. La lucha por la República Catalana es
la lucha contra el régimen del 78 que oprime todos los pueblos y
trabajadores/as del estado.
Lucha
Internacionalista
30 de marzo del 2018
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