Este 22 de abril ha tenido lugar en Ruesta el reencuentro de las antiguas vecinas y vecinos de esta localidad del prepirineo aragonés, que pertenece a la comarca zaragozana de las Cinco Villas y cuyo término municipal fue expropiado en los años 60 para llevar a cabo la construcción del embalse de Yesa.
Tras largos años sin verse en el que siempre será su pueblo, la reunión, cargada de emotividad, permitió intercambiar afectos e información también con vecinos de Urriés y Artieda ocupados en actuar para asentar proyectos de vida en sus municipios y frenar la feroz despoblación que sufren, culminando con el propósito firme de mantener el contacto con el objeto de apoyar las acciones encaminadas a conservar Ruesta y repetir el encuentro en años sucesivos.
Desde 1993, CGT es titular de la cesión del núcleo urbano y su entorno, y desde entonces viene desarrollando actividades rehabilitadoras y de carácter social y educativo a pesar del nulo apoyo e implicación de las diferentes administraciones en las últimas décadas.
CGT considera que es un momento decisivo para continuar reivindicando la identidad y la conservación de Ruesta, manteniendo en la actualidad varias líneas de trabajo con el ayuntamiento de Urriés, que ponen el acento en el valor que tiene para el tejido social local, conservar su núcleo urbano, Bien de Interés Cultural y Patrimonio de la Humanidad.
También en este momento está en marcha una iniciativa del Gobierno de Aragón para relanzar el Camino de Santiago Francés a su paso por su territorio, abandonado durante décadas de normativa que lo proteja y presupuesto que conserve su trazado físico y su valiosísimo patrimonio cultural, del que Ruesta es botón de muestra.
Se ha abierto por fin la esperanza de conservar lo que queda del espléndido conjunto histórico de Ruesta que todavía permanece orgullosamente en pié, pese al decaimiento inducido por la construcción del embalse de Yesa y su inacabable recrecimiento.
CGT sigue trabajando para la recuperación de la memoria material e inmaterial de quienes se esforzaron por alcanzar una sociedad solidaria y dejaron mensajes de resistencia y superación ante la codicia insaciable de quienes llevan generaciones destruyendo la tierra y apropiándose de lo que es de todas y todos.
La Confederación General del Trabajo continuará luchando por Ruesta, como viene haciendo desde hace casi tres décadas, en defensa de la tierra y de la conservación de la cultura.
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