Shell ya conocía los peligros del cambio climático en 1991
Que no te engañen
Manuel Juan: en Greenpeace seguiremos vigilando que las compañías petroleras no utilizan la lucha contra el cambio climático únicamente para lavar su imagen. |
¿Qué hacía Shell, el gigante del petróleo, hablando en contra de los combustibles fósiles hace 26 años? Es una contradicción en sí misma.
La semana pasada salió a la luz un documental que la compañía produjo en 1991 alertando sobre los peligros del cambio climático, ‘Climate of Concern’. La cinta, de 28 minutos de duración, advertía de que el uso de combustibles fósiles tendría graves consecuencias sobre el clima y provocaría fenómenos meteorológicos extremos, como deshielos e inundaciones.
¿Qué ha pasado para que, un cuarto de siglo más tarde, Shell no sólo no haya hecho prácticamente nada para combatir el cambio climático, sino que ha contribuido a acelerarlo con sus operaciones?
En los últimos años, Shell ha invertido miles de millones de dólares en operaciones de arenas de petróleo, altamente contaminantes. El año pasado también se refirió al fracking como una “oportunidad de futuro”. Y en el Ártico, Shell ha mostrado su nivel de irresponsabilidad, intentando por activa y por pasiva impulsar planes para perforar en busca de petróleo este entorno único del que todos dependemos y uno de los más afectados por el cambio climático.
Afortunadamente, se ha encontrado una gran respuesta social. Y a 8 millones de personas que le han dicho que no queremos que destrocen el Ártico. Hoy Shell no está en esas aguas. Pero no por su responsabilidad, sino por el tesón y la lucha de personas comprometidas que, como puedes hacer tú, se unieron a Greenpeace y apoyaron nuestra lucha por defender el planeta >>
Pero el problema no es sólo Shell. También Repsol, Exxon, Statoil, BP y otras compañías petroleras que aparentan estar comprometidas contra el cambio climático, pero no es más que una estrategia de relaciones públicas. Y que han descubierto lo rentable que es mostrar al público su compromiso con el medio ambiente mientras facturan miles de millones de beneficios a su costa explotando las energías sucias y más contaminantes.
Manuel Juan, con el caso de Shell ya hemos visto cómo actúan las petroleras. Desde Greenpeace y con vuestro apoyo, vamos a estar vigilando con lupa todos sus movimientos. Ya conseguimos que se fueran del Ártico, y aún no es tarde para hacer presión y lograr ganar muchas más batallas. ¡Únete a Greenpeace y jun@s seguiremos luchando!
La semana pasada salió a la luz un documental que la compañía produjo en 1991 alertando sobre los peligros del cambio climático, ‘Climate of Concern’. La cinta, de 28 minutos de duración, advertía de que el uso de combustibles fósiles tendría graves consecuencias sobre el clima y provocaría fenómenos meteorológicos extremos, como deshielos e inundaciones.
¿Qué ha pasado para que, un cuarto de siglo más tarde, Shell no sólo no haya hecho prácticamente nada para combatir el cambio climático, sino que ha contribuido a acelerarlo con sus operaciones?
En los últimos años, Shell ha invertido miles de millones de dólares en operaciones de arenas de petróleo, altamente contaminantes. El año pasado también se refirió al fracking como una “oportunidad de futuro”. Y en el Ártico, Shell ha mostrado su nivel de irresponsabilidad, intentando por activa y por pasiva impulsar planes para perforar en busca de petróleo este entorno único del que todos dependemos y uno de los más afectados por el cambio climático.
Afortunadamente, se ha encontrado una gran respuesta social. Y a 8 millones de personas que le han dicho que no queremos que destrocen el Ártico. Hoy Shell no está en esas aguas. Pero no por su responsabilidad, sino por el tesón y la lucha de personas comprometidas que, como puedes hacer tú, se unieron a Greenpeace y apoyaron nuestra lucha por defender el planeta >>
Pero el problema no es sólo Shell. También Repsol, Exxon, Statoil, BP y otras compañías petroleras que aparentan estar comprometidas contra el cambio climático, pero no es más que una estrategia de relaciones públicas. Y que han descubierto lo rentable que es mostrar al público su compromiso con el medio ambiente mientras facturan miles de millones de beneficios a su costa explotando las energías sucias y más contaminantes.
Manuel Juan, con el caso de Shell ya hemos visto cómo actúan las petroleras. Desde Greenpeace y con vuestro apoyo, vamos a estar vigilando con lupa todos sus movimientos. Ya conseguimos que se fueran del Ártico, y aún no es tarde para hacer presión y lograr ganar muchas más batallas. ¡Únete a Greenpeace y jun@s seguiremos luchando!
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