COMUNICADO DEL FORO CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA Y LA OTAN
FORO CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA Y LA OTAN 28/11/2016
Un sentimiento de tristeza y orfandad recorre hoy el planeta tras la muerte de Fidel Castro. Sentimiento especialmente palpable entre los pobres y desheredados de este mundo, que percibieron el aliento de verdad, de dignidad y de justicia expresados con fuerza y pasión por el Comandante a lo largo de toda su vida revolucionaria.
Fidel Castro destacó, desde el primer momento, en la dirección del combate contra la dictadura de Fulgencio Batista, principal agente de la explotación del pueblo cubano por parte de las empresas de capital norteamericano. La exitosa lucha revolucionaria dio origen al periodo más heroico de desarrollo de todas las potencialidades del pueblo cubano, que es hoy reconocido en todos los ámbitos como paradigma de la liberación de un pueblo por su dignidad y su soberanía. La trascendencia histórica de la Revolución Cubana, en su proyección hasta el presente y en sus repercusiones planetarias, han debido ser reconocidos hasta por sus mas fervientes detractores.
Fidel supo estar a la altura de un pueblo en lucha por su dignidad y su soberanía. No fue perdonado por esta osadía y el pueblo cubano ha sufrido desde entonces una campaña de más de cinco décadas de agresiones imperialistas lideradas por Estados Unidos. Guerra psicológica, acciones de desestabilización y propaganda, invasión mercenaria, bloqueos comerciales y los más de 600 intentos de asesinato sin conseguir doblegarle.
En todo momento, Fidel tuvo la enorme clarividencia de identificar el imperialismo como la manifestación más depurada de la agresión de los poderosos contra los pueblos del mundo. Con su incomparable capacidad de convicción, supo ponerse a la cabeza se su pueblo en la construcción de la revolución cuya premisa es que no es posible alcanzar la plena dignidad y autonomía de cada persona si ellas no alcanzan a todos los demás pueblos; y que no es posible la soberanía sin independencia ni organización.
El pueblo cubano y su presidente desarrollaron una sostenida y ejemplar actividad de solidaridad con las luchas de liberación nacional en los cinco continentes, manifestada con contundencia en los ámbitos diplomáticos, pero también en el frente de batalla de las más criminales guerras imperiales (Etiopía, Angola…) en el que fueron sacrificados muchos de sus hijos.
En estos tiempos en los que el Capitalismo necesita seguir aumentando la tensión bélica y la expansión imperialista, el ejemplo de Fidel y la revolución que lideró tienen plena actualidad. Hoy que parece que la ideología y los medios de comunicación del llamado “mundo libre” han conseguido sembrar la resignación ante un futuro de competencia feroz, sin un resquicio para la solidaridad y sin esperanza para los que no tienen otra opción que malvender su fuerza de trabajo, es más urgente que nunca tomar el testigo de Fidel y la revolución cubana.
Es nuestro deber recomponer las luchas obreras y populares, en una genuina convergencia de esfuerzos y en la unidad alrededor de los elementos esenciales a compartir. Fidel nos ha enseñado el verdadero contenido del antiimperialismo. No hay posibilidad de auténtica transformación social si se pretenden ignorar o relativizar las conquistas logradas por las luchas populares en todas estas décadas, inspiradas en buena medida por la revolución cubana y que comparten la convicción de que el imperialismo es el enemigo a batir.
El Foro Contra la Guerra Imperialista y la OTAN manifiesta su admiración por el inmenso legado de Fidel y hace un llamado a las fuerzas populares a colaborar en la construcción de un frente antiimperialista que constituya el núcleo común de la acción de resistencia.
¡Viva la lucha antiimperialista!¡Hasta la Victoria Siempre!
Fidel Castro destacó, desde el primer momento, en la dirección del combate contra la dictadura de Fulgencio Batista, principal agente de la explotación del pueblo cubano por parte de las empresas de capital norteamericano. La exitosa lucha revolucionaria dio origen al periodo más heroico de desarrollo de todas las potencialidades del pueblo cubano, que es hoy reconocido en todos los ámbitos como paradigma de la liberación de un pueblo por su dignidad y su soberanía. La trascendencia histórica de la Revolución Cubana, en su proyección hasta el presente y en sus repercusiones planetarias, han debido ser reconocidos hasta por sus mas fervientes detractores.
Fidel supo estar a la altura de un pueblo en lucha por su dignidad y su soberanía. No fue perdonado por esta osadía y el pueblo cubano ha sufrido desde entonces una campaña de más de cinco décadas de agresiones imperialistas lideradas por Estados Unidos. Guerra psicológica, acciones de desestabilización y propaganda, invasión mercenaria, bloqueos comerciales y los más de 600 intentos de asesinato sin conseguir doblegarle.
En todo momento, Fidel tuvo la enorme clarividencia de identificar el imperialismo como la manifestación más depurada de la agresión de los poderosos contra los pueblos del mundo. Con su incomparable capacidad de convicción, supo ponerse a la cabeza se su pueblo en la construcción de la revolución cuya premisa es que no es posible alcanzar la plena dignidad y autonomía de cada persona si ellas no alcanzan a todos los demás pueblos; y que no es posible la soberanía sin independencia ni organización.
El pueblo cubano y su presidente desarrollaron una sostenida y ejemplar actividad de solidaridad con las luchas de liberación nacional en los cinco continentes, manifestada con contundencia en los ámbitos diplomáticos, pero también en el frente de batalla de las más criminales guerras imperiales (Etiopía, Angola…) en el que fueron sacrificados muchos de sus hijos.
En estos tiempos en los que el Capitalismo necesita seguir aumentando la tensión bélica y la expansión imperialista, el ejemplo de Fidel y la revolución que lideró tienen plena actualidad. Hoy que parece que la ideología y los medios de comunicación del llamado “mundo libre” han conseguido sembrar la resignación ante un futuro de competencia feroz, sin un resquicio para la solidaridad y sin esperanza para los que no tienen otra opción que malvender su fuerza de trabajo, es más urgente que nunca tomar el testigo de Fidel y la revolución cubana.
Es nuestro deber recomponer las luchas obreras y populares, en una genuina convergencia de esfuerzos y en la unidad alrededor de los elementos esenciales a compartir. Fidel nos ha enseñado el verdadero contenido del antiimperialismo. No hay posibilidad de auténtica transformación social si se pretenden ignorar o relativizar las conquistas logradas por las luchas populares en todas estas décadas, inspiradas en buena medida por la revolución cubana y que comparten la convicción de que el imperialismo es el enemigo a batir.
El Foro Contra la Guerra Imperialista y la OTAN manifiesta su admiración por el inmenso legado de Fidel y hace un llamado a las fuerzas populares a colaborar en la construcción de un frente antiimperialista que constituya el núcleo común de la acción de resistencia.
¡Viva la lucha antiimperialista!¡Hasta la Victoria Siempre!
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