Hay mucho en juego para todos y todas las trabajadoras y pueblos del estado, el próximo 21D en Catalunya
Son elecciones
ilegales y fruto de una ocupación, del 155, de la represión, son la
prueba de fuerza de un régimen contra el pueblo movilizado. O este
régimen se fortalece, volviendo a encorsetar la movilización en el
constitucionalismo para seguir anulando derechos y libertades
impunemente, o se agrava la crisis abierta de la monarquía. El 21D
no ha habido fuerza para el boicot que correspondía, esencialmente
por las direcciones de JxS y Podemos-Comuns que rá- pidamente han
llamado a aceptarlas (ver páginas centrales), pero sus resultados
pueden ser o un pie en la puerta para que no se cierre la posibilidad
de la ruptura democrática o un aval al continuismo y la represión
del régimen.
No es sólo un
problema catalán. El gobierno del PP ya ha amenazado de aplicar el
155 en otros lugares del estado, o con dura represión como en
Murcia. Acabamos de ver la intervención de las finanzas de Madrid.
Catalunya es hoy sólo la punta de lanza de la movilización contra
el régimen franquista del 78: un régimen herido al cual le cae la
careta pseudodemocrática que PCE y PSOE le pusieron. Aquel régimen,
fundamentado en la impunidad de los crímenes del franquismo y sus
cloacas, el ejército, la policía y el poder judicial –con
tribunales especiales adhoc-, con bandas fascistas como fuerzas de
choque amparadas a las estructuras de estado como Valencia o
Zaragoza... poco ha cambiado, no le ha hecho falta «recomponerse»:
era el que es. Los hechos lo han ido recordando a lo largo de los
años hasta hoy: asesinatos de la extrema derecha bajo la cobertura
de las fuerzas de seguridad –como el de Yolanda, cuyo asesino
vuelve a trabajar en juicios para el PP -; estados de excepción y
juicios al dictado del estado como Egunkaria; continuada existencia
de presos políticos desde Otegui a los consejeros catalanes, pero
pasando por una larga lista de luchadores; criminalización de los
obreros desde los muertos de la SEAT o Vitoria en la Transición, a
Cándido y Morala, pasando por los heridos o encarcelados en las
huelgas generales... todo con la bendición de la cúpula de la
iglesia católica, la que llevaba a Franco bajo palio.
Si ya la crisis
había hecho tambalear el régimen destapando la abrumadora
corrupción – salpicando de dudosas muertos procesos como la
Gurtel- y el estrecho vínculo de los partidos del estado con el
capital con la reforma del 135 de la Constitución, la cuestión
catalana ha hecho que el régimen acabara de perder las formas: es el
rey, como cabeza del Estado quien avala la represión para acabar con
actos democráticos: es el «A por ellos».
Ha sido la
movilización popular la que ha abierto la puerta de la ruptura
democrática con el franquismo y su monarquía. Por eso, ante el
riesgo, las fuerzas burguesas catalanas (tanto PdeCat como ERC) se
recolocan con la Constitución, desbordadas por un movimiento que las
ha hecho ir mucho más lejos de lo que querían y que ahora tratan de
reconducir a las urnas. Tampoco se puede confiar en quienes vuelven a
levantar expectativas en la reforma del régimen a través de las
urnas: Podemos o Els Comuns, que junto a IU –cómo ayer Carrillo en
la Transición-, hablan del «ni-ni» entre la movilización y el
régimen. Pero sectores de Podem Catalunya rompen con Pablo Iglesias
y forman Som Alternativa.
El mismo papel de
apoyo objetivo al régimen lo juegan las direcciones de CCOO y UGT,
tanto en Catalunya como en el resto del estado llamando al «diálogo»
imposible y sin hacer nada para parar la escalada represiva del
Estado contra el pueblo catalán. También entre afiliados y
afiliadas de CCOO y UGT hay malestar, han seguido las huelgas
generales y rompen con estos sindicatos.
Y, una vez aplicado
el 155 y tomado el gobierno de Catalunya, Rajoy responde a Sánchez
que de reforma de la constitución nada, y menos si es para hacer
concesiones a Catalunya. Roma no paga traidores. Sin esta cobertura,
el PSC afronta las elecciones como un peón del estado, mientras
recoge en las listas la más pura derecha catalana de la antigua Unió
y el número dos de la reaccionaria Sociedad Civil Catalana que
promueve las denuncias contra el profesorado.
La clave de la
situación catalana está en la resistencia del pueblo y su capacidad
de organización, pero también en la conexión con la lucha de los
trabajadores y trabajadoras y pueblos a nivel estatal, desde el SAT a
las Marchas por la dignidad, han sido incondicionales defensores de
la lucha catalana. La convocatoria a las Jornadas estatales e
internacionales de With Catalonia de diciembre, son una oportunidad
para que de la solidaridad con la República catalana del 1 de O
pasemos a la acción en común por la ruptura democrática con el
régimen.
29 de noviembre de
2017
Josep Lluís del
Alcázar
Miembro de Lucha
internacionalista
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