@lecorbusier2
Yo no sé si a ustedes les pasa lo mismo pero el inicio de la campaña electoral de las municipales es más parecido a la pasarela Cibeles que a una contienda política. En este periodo vemos las mejores puestas en escena de nuestras estrellas políticas a nivel municipal donde el ego rebosa a raudales ya que todavía, y desgraciadamente, no está penalizado por ley. Y es que no hay nada como ser alguien en tu pueblo y que todo el mundo te dore la píldora. Los candidatos (no todos claro) son rutilantes estrellas que todo lo llenan y al que todo el mundo adora, ya sea por intereses crematísticos o por sacar pecho delante de los amigos en el bar porque tal o cual candidato/alcalde te ha dado la mano en esa vida triste que llevamos los ciudadanos a nuestras espaldas. Por otra parte ya no existe la decencia. Antes un indecente se escondía avergonzado por ejemplo de estar imputado por un juez de unos cuantos delitos, lo que quiere decir para aquellos que no lo entiendan es que un juez ha visto indicios de delito, como el caso del alcalde de Brunete Borja Gutiérrez Iglesias del PP, como no podía ser de otra manera.
Este hombre estos días nos ha mandado un panfleto anunciado como “BORJA2015!” donde los programas informáticos le han dejado una cara perfecta, con una barba perfecta, unas canas perfectas en plan Richad Gere y una luminosidad y color facial que me rio yo de las vírgenes que pueblan los retablos de nuestras iglesias patrias. Yo sería capaz de meter una figurita de este hombre en una urna virginal, pasearla por el pueblo casa por casa, para recolectar dinero para la iglesia, entre rosario y rosario fervoroso a nuestro santo patrón San Borja Gutiérrez patrón de los imputados.
En el citado papelito buzoneado por todo el pueblo este partido (PP) se permite la también indecencia de utilizar en correo municipal del regidor, es decir, el correo institucional al ayuntamiento para hacer su campaña siendo esto ilegal a todas luces por utilización particular de bienes públicos pero como todo el campo es orégano para ellos y rodeados de campos en barbecho, se lo pasan todo por el forro de la entrepierna consistorial.
En portada en un azul esperanzador aparece el susodicho en una postura cercana, amigable y entre jovial/maduro para ganarse el voto de todas las edades, con el texto que dice que han cumplido el 93 por ciento del programa, como si cumplir un programa que es una porquería fuera sinónimo de eficacia o buen trabajo. Se cree que los ciudadanos somos tontos (a veces yo sí lo creo) y que intentar despedir a 11 trabajadores municipales sea un trabajo bien hecho, o llenar el pueblo de premios tanto deportivos como cómico taurinos musicales fuera bueno para todos nosotros y no digamos hacerse fotos todos los días a cientos en cosas que ni tan siquiera las ha hecho el consistorio. Pero eso da igual, lo importante es salir aunque sea ridículo.
Si esbozamos el panfleto nos encontramos lo siguiente:
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