Por Elson Concepción Pérez
Fue el argentino Carlos Gardel quien inmortalizó la frase de que “veinte años no es nada”, nombre de un tango muy escuchado antes y después de los años mozos del cantante.
Y traigo a relucir el tema, por cuanto ahora se cumplen veinte años del derribo del Muro de Berlín, o lo que es igual, del fin de la existencia de dos Alemanias: la Federal, y la hasta entonces llamada Democrática, que formaba parte del campo socialista europeo.
Dos décadas después, parece que la nostalgia de muchos alemanes los lleva a hacer comparaciones, y hasta a reconocer lo que tenían y a lo mejor no supieron defender.
Este viernes, la agencia italiana ANSA reflejó en un despacho fechado en Berlín que más de la mitad de los ciudadanos alemanes que vivían en el territorio de la desaparecida República Democrática Alemana (RDA) juzgan positivamente esa época de sus vidas.
Un sondeo encargado por el gobierno federal alemán fue dado a conocer por el diario Berliner Zeitung, y recoge que el 49% de los entrevistados provenientes de la ex Alemania Oriental consideraron que el gobierno comunista tenía "mas aspectos positivos que negativos".
Ahora, los nostálgicos germanos se refieren a aquella época con el lamento de que "existían algunos problemas, pero se podía vivir bien".
Al lado opuesto, o sea cuando se preguntó a ciudadanos de la entonces Alemania Federal, un 52% por ciento de los encuestados dijo que la República Democrática Alemana tenía más aspectos negativos que positivos.
De todas formas, los años han pasado, y del Muro de Berlín solo quedan pedazos de piedra guardados como souvenir turístico; pero lo que resulta difícil de opacar es la realidad de que, aún veinte años después, los datos económicos y sociales reflejan una gran desigualdad entre ambos lados de lo que fue la frontera entre el mundo occidental y el orien
Comentarios
Publicar un comentario