En 1994, Michael Jackson visitó Rumanía. Se hospedó en la residencia de verano del dictador comunista Nicolae Ceaucescu. Incluso se llegó a acostar en su cama. El problema es que el diario Romania Libera denunció que durante su estancia en Bucarest, Michael siempre estuvo acompañado de un niño vagabundo, Cristian. El pequeño, tras la marcha del cantante, desapareció junto a un proxeneta llamado 'Tio Gica'. Ante el escándalo, "altas personalidades" ordenaron suspender la investigación. El presidente rumano, Iliescu, había apoyado el año anterior la candidatura de Michael Jackson al Premio Nobel de la Paz.
El líder de la extinta República Democrática Alemana, Erich Honecker, supo del poder de Michael Jackson cuando, en una serie de conferencias internacionales que había organizado, invitó y dio todas las facilidades a la prensa extranjera. El problema es que ese día Michael Jackson actuaba en el lado oeste, junto al Reichstag, al lado del muro. Los periodistas vieron cómo jóvenes del país comunista se acercaban a la zona para intentar oir algo, desde lejos, del concierto. La policía antidisturbios comunista se vio en la obligación de apalear a los periodistas y destruir sus cámaras que se acercaron a cubrir el interés de los jóvenes de la RDA por Michael Jacks.
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