●
Los trabajadores de Aena y ENAIRE llevamos casi diez años perdiendo condiciones laborales, salario, cargas de trabajo, movilidad funcional y geográfica,…, y además somos muchos menos que antes.
¿Cuánto vale todo esto? ¿Podemos cuantificar cuánto valen las condiciones perdidas, el nuevo ambiente laboral, el nivel de sobreexplotación de los compañeros temporales, el aumento de las cargas de trabajo?
¿Esto qué vale; 300 €, 400, 500?
Con motivo del contexto negociador que se ha abierto, desde CGT nos vemos en la obligación de destapar la realidad de los trabajadores de Aena y ENAIRE.
Aena decidió el camino de la privatización completa del servicio público; conviviendo con la paradoja de que a día de hoy, ENAIRE es su mayor accionista y por lo tanto "dueño y único vínculo con el estado", pero además también es una contrata en su filial, cuyos servicios están contratados con Aena hasta fin de 2018, casualmente fecha de expiración del I Convenio Colectivo, cuya prórroga se firmó en acuerdo de desconvocatoria de huelga en 2015 e, increíblemente, vuelve a ser objeto de negociación, al no estar publicado en el BOE todavía. Es la voracidad por los beneficios del capital privado, a costa de cualquier otra consideración, quien está detrás de nuestro camino a la precariedad, y por tanto pone en riesgo un convenio común para el conjunto de trabajadores de ENAIRE y Aena.
Desde que se inició el camino de la privatización, en Aena y ENAIRE ha habido un ERE general y otros encubiertos (privatización de los párking, despidiendo a los eventuales), a pesar de que estamos en récord de pax. Trabajamos mucho más con muchos menos. Se han externalizado servicios que prestábamos en propio, desde el mantenimiento general, el mantenimiento eléctrico, el Servicio de Servicio de Dirección en Plataforma SDP, trece torres de control TWR, el servicio de información de vuelo y de alerta en un aeródromo AFIS, contratas de trabajos administrativos, control de proyectos y obras propios de nuestros ingenieros y técnicos, el proyecto de centralización de las oficinas del Servicio de Información aeronáutica (AIS) fuera de las instalaciones de los aeropuertos, la gestión de salas en muchos aeropuertos, servicio médico aeroportuario, conducción de pasarelas… y más vergonzoso aún, se incrementan beneficios, a costa de la calidad del servicio o <
El estado, garante teórico del servicio público, parece mirar para otro lado, mientras se beneficie también de las tasas. ¿cómo se puede hacer negocio con la tasa de seguridad aeroportuaria ? o ¿cómo se puede hacer negocio con la tasa a pasajeros con movilidad reducida PMR?
Más precariedad. La introducción de nuevos procedimientos operativos, como el bombero single, un bombero único para el SSEI; el TMA single para el mantenimiento eléctrico y general, además de ocuparse de las maniobras de la central eléctrica. Todo ello a base de sustituir los antiguos EXA por nuevos procedimientos con menores garantías de seguridad operacional.
La invención del llamado Grupo III (que por cierto ya ha entrado en beneficios sin que los trabajadores hayamos recuperado condiciones laborales), donde por primera vez se adoptan medidas de movilidad geográfica y funcional forzosas. Se aprovecha, además, para modificar los horarios operativos de los aeropuertos, con el significativo caso del H24 de Vitoria.
Esta carencia evidente de plantilla conduce a nuestra empresa a multiplicar la conflictividad laboral; estamos en récord de PAX pero, al mismo tiempo, de expedientes disciplinarios, incluidos despidos. Se exprime al trabajador a base de incumplir convenio, de la modificación de condiciones sustanciales de trabajo, la denegación de libranzas, la aplicación sui generis de la normativas de los COS y la multiplicación de las horas
extra obligatorias. La jornada normal ha perdido derechos convencionales y otros, como la flexibilidad, conseguidos en la negociación de los centros, y ha visto aumentada su jornada en 2’5 horas semanales, perdiendo el siempre reivindicado horizonte de las 35 horas semanales.
La jubilación parcial ha estado paralizada demasiado tiempo (hasta que preguntamos al propio ministerio), y no tiene visos de un horizonte más largo.
Ejemplo de esta sobreexplotación es el caso de los trabajadores temporales de Aena y ENAIRE, que en 2016, en muchos casos después de 10 años trabajados, han tenido que sufrir otro ERE encubierto, perdiendo sus expectativas de consolidación y de tener un contrato con igualdad de condiciones que el resto de la plantilla. Se abusa de la temporalidad, pero además se abusa del trabajador temporal, a quien se somete a contratos de unos días, se les priva de vacaciones, del derecho a la conciliación de su vida, se les condena a una perpetua disponibilidad o a permanecer en unos centros alejados de sus domicilios y, al final, se les desecha sin ofrecerles una vía para su permanencia en la empresa.
Esto es la privatización, su verdadera cara y lo que necesariamente trae.
Llevamos casi una década congelados. Desde 2012 nuestra productividad ha subido en un 212%, ésa es la cifra real. Otra cifra real es que este año se han repartido en dividendo al accionista 574’5 M€, cuando el gasto total en salarios de Aena, incluyendo los de alta dirección, es de unos 390 M€. La subida del 1% autorizado en PGE, o una única subida lineal, suponen la aceptación de la pérdida de poder adquisitivo durante diez años sin posibilidad de volver a recuperarlo. ¿De verdad que unos euros tapan esta situación?
EN ENAIRE Y Aena HAY UN CONFLICTO. NOS ESTÁN DESMANTELANDO. Y este conflicto, latente, no se va a solucionar únicamente con un acuerdo sobre revisión salarial. ¿A cambio de qué este acuerdo?. La directora de RRHH de Aena dice: “[…] poner en común algunos de los planes de acción aparejados que queremos poner en marcha para mejorar algunos aspectos de la gestión”. Ya sabemos lo que esto significa, mayor desregularización y mayor precariedad. Política de beneficio voraz a nuestra costa. En ENAIRE, esto se llama, por ejemplo Plan 2020.
Tenemos en nuestra memoria el que se denominó, triunfalmente, Acuerdo de Garantías. ¿Garantías para quién? Para seguir perdiendo derechos y condiciones.
Hay que dar solución al conflicto en Aena y ENAIRE, y esto sólo puede hacerse a través de la movilización y de la unidad de los trabajadores. Pero debemos tener presente, primeramente, de dónde partimos y a dónde queremos llegar, y cuál debe ser nuestro horizonte de reivindicaciones, qué debe cambiar para comenzar a poner solución al desmantelamiento.
Entendemos este conflicto como una oportunidad, y estamos seguros que a través de la unidad y participación de los trabajadores, con conciencia y rebeldía constructiva, se puede revertir la senda que nos tienen marcada por otra que genere ilusión.
El conflicto va a durar en el tiempo. Llamamos a la unidad de los trabajadores en la defensa de sus derechos laborales y de información sobre aquello que les concierne, con la participación de los comités de empresa y las asambleas de trabajadores.
CGT continúa en marcha. Contra la privatización de nuestros derechos y condiciones laborales. Por UNA Aena Pública y Social.
Otro ENAIRE es POSIBLE. Otra Aena es POSIBLE
Comentarios
Publicar un comentario