Siempre hemos asociado salir de casa a disponer de dinero y amigos, quedarnos en ella es más un signo de estar tiesos sin un duro... y buscarle un anglicismo (nesting) suena a apología de la resignación.
Cuando en tu país el patrimonio de algunas de las mayores fortunas gestionado a través de sicav -sociedades de inversión de capital variable- aumentó en 2016 un 3,8 % y superó los 4.400 millones (Público, 2-4-2017) y los tres más ricos tienen lo mismo que el 30% más pobre ('Informe sobre la desigualdad en España 2016' de Oxfam Intermón) hay que poner en marcha un sistema de concienciación que logre la resignación de los más desgraciados. Se trata de que el 30% más pobre de la población que vio reducida su riqueza en más de un tercio no se encabrone demasiado y que el 25% de la población española que se halla en situación de pobreza acepte su situación. Y aquí es donde el periódico más influyente de nuestro país usa sus cartas, algo que no pasó desapercibido en las redes sociales y levantó una gran indignación el pasado 29 de marzo. El titular era “No salir de casa en todo el fin de semana rebaja la ansiedad e ilumina la mente” (El País, 29-3-2017), por supuesto en su sección “Buenavida”. En twitter pusieron “La última tendencia de moda se llama ‘nesting’ y es no salir de casa en todo el fin de semana”. Sin duda, la opción de vivir el ocio en casa es razonable y plausible, incluso más todavía en sectores de alto poder adquisitivo que disfrutan de una gran oferta de actividades en sus espléndidas casas. Pero en momentos de crisis y en un país como España, donde siempre hemos asociado salir de casa a disponer de dinero y amigos, quedarnos en ella es más un signo de estar tiesos sin un duro; y proclamar las bondades de no salir de cañas, tapas ni copas y buscarle un anglicismo (nesting) suena a apología de la resignación.
Pero no fue la única vez en que El País nos vendió lo cool de una vida de pringado sin recursos. “¿Treintañeros o adolescentes? Sin casa, hijos o nómina, pero con humor. Retrato de los 'treinteenagers', un nuevo grupo demográfico que ha hecho de la necesidad, virtud” (El País, 25-5-2016), nos contaban hace casi un año. La necesidad, una virtud, todo sin complejos. Y como ven, todo lo guay que se precie debe tener su correspondiente anglicismo, no diga treintañeros, diga treinteenagers.
Y si estáis sin un duro para pagar la factura eléctrica, El País, atención, os dirá el secreto para no pasar frío en “9 trucos para calentar la casa sin encender la calefacción” (El País, 28-1-2015). No se molesten en leer el texto, no puede ser más patético: no abrir las ventanas, ponerse una manta y, lo más insultante, una bici estática para entrar en calor. Si todo eso lo hubiéramos leído en una revista ecologista podríamos darle credibilidad, pero en El País no nos parece que sea por motivaciones medioambientales.
Pero todavía se pueden superar: “Todo lo que he aprendido comiendo de la basura” (El País, 26-9-2016). Comer de la basura no solo es una solución, sino que aprenderás y serás más listo para envidia de tus vecinos ricos. Parece que, de momento, no han encontrado el anglicismo adecuado para esto, todo se andará.
Y por si todavía no has pillado para qué publican todo esto, aquí te lo aclaran: “Así te cambia la vida si pasas un mes entero sin quejarte. Más de mil personas se unieron en febrero a una iniciativa creada por Internet que propone dejar de lamentarse por cosas cotidianas” (El País, 1-1-2016).
Conclusión: Está de moda no salir de casa el fin de semana, no tienes casa ni nómina pero tienes humor, no puedes pagar la calefacción pero te pones una manta, aprendes comiendo de la basura y nunca, nunca te quejas. Entonces, como diría Kipling, “serás un hombre, hijo mío”.
Pero no fue la única vez en que El País nos vendió lo cool de una vida de pringado sin recursos. “¿Treintañeros o adolescentes? Sin casa, hijos o nómina, pero con humor. Retrato de los 'treinteenagers', un nuevo grupo demográfico que ha hecho de la necesidad, virtud” (El País, 25-5-2016), nos contaban hace casi un año. La necesidad, una virtud, todo sin complejos. Y como ven, todo lo guay que se precie debe tener su correspondiente anglicismo, no diga treintañeros, diga treinteenagers.
Y si estáis sin un duro para pagar la factura eléctrica, El País, atención, os dirá el secreto para no pasar frío en “9 trucos para calentar la casa sin encender la calefacción” (El País, 28-1-2015). No se molesten en leer el texto, no puede ser más patético: no abrir las ventanas, ponerse una manta y, lo más insultante, una bici estática para entrar en calor. Si todo eso lo hubiéramos leído en una revista ecologista podríamos darle credibilidad, pero en El País no nos parece que sea por motivaciones medioambientales.
Pero todavía se pueden superar: “Todo lo que he aprendido comiendo de la basura” (El País, 26-9-2016). Comer de la basura no solo es una solución, sino que aprenderás y serás más listo para envidia de tus vecinos ricos. Parece que, de momento, no han encontrado el anglicismo adecuado para esto, todo se andará.
Y por si todavía no has pillado para qué publican todo esto, aquí te lo aclaran: “Así te cambia la vida si pasas un mes entero sin quejarte. Más de mil personas se unieron en febrero a una iniciativa creada por Internet que propone dejar de lamentarse por cosas cotidianas” (El País, 1-1-2016).
Conclusión: Está de moda no salir de casa el fin de semana, no tienes casa ni nómina pero tienes humor, no puedes pagar la calefacción pero te pones una manta, aprendes comiendo de la basura y nunca, nunca te quejas. Entonces, como diría Kipling, “serás un hombre, hijo mío”.
Publicado en el Nº 305 de la edición impresa de Mundo Obrero abril 2017
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