Los árabes israelíes suelen etiquetarse a sí mismos como “ciudadanos de segunda”. Ciertamente, los árabes israelíes son ciudadanos que ostentan todos los derechos democráticos de Israel pero son discriminados por las políticas de los sucesivos gobiernos israelíes y son también objeto de racismo por parte de sectores judíos.
A este respecto, en 2009 un estudio del The Israel Democracy Institutereveló que entre un 42% y 56% de los israelíes creían que los árabes sufren discriminación respecto a los judíos. En agosto de 2011 el diario 'Haaretz' publicó un duro editorial haciéndose eco de las conclusiones de la Administración de Justicia y del Colegio de Abogados de Israel sobre la discriminación que han sufrido los árabes israelíes en las decisiones judiciales. En 2013, y atendiendo a las cifras vertidas por la organizaciónJewish Voices for Peace, la inversión en educación seguía siendo superior las escuelas judías en detrimento de las escuelas árabes. Como apunta As’ad Ghanem, profesor de política comparada de la Universidad de Haifa, la renta en un hogar medio judío es un 70% superior a la de un hogar árabe, según cifras de 2014.
En relación a las manifestaciones de racismo entre los judíos israelíes, tanto el ministro de defensa saliente, y figura histórica del Likud, Moshe “Boogie” Yaalón, como el Jefe Adjunto del Estado Mayor, Yair Golán, no dudaron en advertir un preocupante ascenso de este fenómeno.
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