Comisión Internacional del PCE / 05 ene 18
Este pasado lunes tuvo lugar en Sudáfrica la elección del nuevo líder del partido Congreso Nacional Africano (CNA), partido del desaparecido Nelson Mandela y actualmente en el gobierno desde 1994.
Tras un congreso muy dividido se alzó con el triunfo el actual vicepresidente Cyril Ramaphosa que obtuvo una victoria muy ajustada, por 179 votos, frente a la otra candidata, Nkosazana Dlamini-Zuma, exesposa del actual presidente del país, Zuma, inmerso en numerosos casos de corrupción.
Los gobiernos de la CNA han intentado paliar los problemas de un país con una gran riqueza pero a su vez con grandes desigualdades y pobreza extrema, pese a que más de tres millones de sudafricanos salieron de la pobreza gracias a la utilización en ayudas sociales del dinero recaudado en impuestos en 2010 y 2011, período en el que este país de 54 millones de habitantes redujo en una cuarta parte su nivel de desigualdad en ingresos, convirtiéndose Sudáfrica en esos años en uno de los países emergentes con más reducción de la pobreza.
Las condiciones en las que obra el gobierno del CNA presentan dificultades que van más allá de su voluntad política de cambio; la crisis mundial, los constantes casos de corrupción..., han hecho que los avances socieconómicos, logrados en la Sudáfrica posapartheid, hayan sufrido un retroceso y que los ingresos entre la población blanca se disparen seis veces más que los de la población negra.
El actual presidente del país, Jacob Gedleyihlekisa Zuma, y hasta este lunes presidente también del CNA, ha tenido un mandato inmerso en numerosos casos de crimen organizado y de corrupción, unos 800, entre ellos el de favorecer desde su gobierno a una familia de empresarios afines, los Gupta, familia india, comandada por tres hermanos, que llegaron al país en la época de los años 90, cuando Sudáfrica salía de las sombras del apartheid, y a los que desde el gobierno de Zuma se les ha ido colocando como altos funcionarios o ministros, con el fin de favorecer sus intereses empresariales, socavando de esta manera los logros económicos y de empoderamiento de la población negra, que durante estos años fue
consiguiendo la CNA.
Con la elección este lunes de Ramaphosa como líder del partido y futuro candidato a las presidenciales de 2019, la CNA intentará encauzar su rumbo, algo arduamente difícil si tenemos en cuenta que Cyril Ramaphosa, anterior líder del principal sindicato minero, ahora es un multimillonario que presume de ideología socialista pero que en las protestas mineras de 2012 en la mina de Marikana, propiedad de la multinacional Lonmin Platinum, de la cual en ese momento formaba parte de su junta directiva, no le tembló la mano a la hora de mandar reducir las protestas a golpe de bala con el resultado de 34 muertes y otras tantas personas heridas.
La situación actual de Sudáfrica se torna complicada y más la del partido del gobierno, Congreso Nacional Africano, que cada vez pierde más apoyo popular, embulléndose en numerosos casos de corrupción que hacen que el CNA pierda su época de esplendor y de ruptura que tuvo durante los años del gran líder Nelson Mandela.
Habrá que esperar a los resultados de las presidenciales de 2019.
Tras un congreso muy dividido se alzó con el triunfo el actual vicepresidente Cyril Ramaphosa que obtuvo una victoria muy ajustada, por 179 votos, frente a la otra candidata, Nkosazana Dlamini-Zuma, exesposa del actual presidente del país, Zuma, inmerso en numerosos casos de corrupción.
Los gobiernos de la CNA han intentado paliar los problemas de un país con una gran riqueza pero a su vez con grandes desigualdades y pobreza extrema, pese a que más de tres millones de sudafricanos salieron de la pobreza gracias a la utilización en ayudas sociales del dinero recaudado en impuestos en 2010 y 2011, período en el que este país de 54 millones de habitantes redujo en una cuarta parte su nivel de desigualdad en ingresos, convirtiéndose Sudáfrica en esos años en uno de los países emergentes con más reducción de la pobreza.
Las condiciones en las que obra el gobierno del CNA presentan dificultades que van más allá de su voluntad política de cambio; la crisis mundial, los constantes casos de corrupción..., han hecho que los avances socieconómicos, logrados en la Sudáfrica posapartheid, hayan sufrido un retroceso y que los ingresos entre la población blanca se disparen seis veces más que los de la población negra.
El actual presidente del país, Jacob Gedleyihlekisa Zuma, y hasta este lunes presidente también del CNA, ha tenido un mandato inmerso en numerosos casos de crimen organizado y de corrupción, unos 800, entre ellos el de favorecer desde su gobierno a una familia de empresarios afines, los Gupta, familia india, comandada por tres hermanos, que llegaron al país en la época de los años 90, cuando Sudáfrica salía de las sombras del apartheid, y a los que desde el gobierno de Zuma se les ha ido colocando como altos funcionarios o ministros, con el fin de favorecer sus intereses empresariales, socavando de esta manera los logros económicos y de empoderamiento de la población negra, que durante estos años fue
consiguiendo la CNA.
Con la elección este lunes de Ramaphosa como líder del partido y futuro candidato a las presidenciales de 2019, la CNA intentará encauzar su rumbo, algo arduamente difícil si tenemos en cuenta que Cyril Ramaphosa, anterior líder del principal sindicato minero, ahora es un multimillonario que presume de ideología socialista pero que en las protestas mineras de 2012 en la mina de Marikana, propiedad de la multinacional Lonmin Platinum, de la cual en ese momento formaba parte de su junta directiva, no le tembló la mano a la hora de mandar reducir las protestas a golpe de bala con el resultado de 34 muertes y otras tantas personas heridas.
La situación actual de Sudáfrica se torna complicada y más la del partido del gobierno, Congreso Nacional Africano, que cada vez pierde más apoyo popular, embulléndose en numerosos casos de corrupción que hacen que el CNA pierda su época de esplendor y de ruptura que tuvo durante los años del gran líder Nelson Mandela.
Habrá que esperar a los resultados de las presidenciales de 2019.
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