El
encarcelamiento de Jordi Sánchez, presidente de la Asamblea Nacional
Catalana, y Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural, evidencia
la herencia franquista del régimen del 78. El Estado ha escogido
empezar por el movimiento de masas y no por los responsables
institucionales ni de los Mossos. Hay que recordar que la Audiencia
Nacional que los juzga, es la continuidad directa del Tribunal de
Orden Público (TOP), el tribunal de excepción que persigue
sistemáticamente toda disidencia política y que ha engordado las
listas de presos políticos en todo el Estado desde la Transición.
Además de tratarse de una evidente persecución contra ideas
políticas, el encarcelamiento abre la puerta a la generalización
del delito de “sedición” contra quien convoque cualquier
manifestación, ya sea de signo político o social.
Es
un capítulo más en la escalada represiva del Estado, que continuará
con la aplicación del artículo 155 u otros, incluidas detenciones
por la organización y celebración del referéndum del uno de
octubre. El Estado ha también ha puesto en el punto de mira la
escuela pública catalana: aquello que el ministro Wert quiso
“españolizar” los niños y niñas y catalanas con la LOMCE ahora
lo quieren hacer con la política y la Guardia Civil. La amenaza a
los medios de comunicación públicos anticipa una intervención y
más recortes de libertades.
Con
la suspensión de la proclamación de la República Catalana
Puigdemont nos expone más a la represión. La oleada represiva no se
para ni se minimiza por más pasos atrás que haga el gobierno de la
Generalitat. Porque menos determinación es sinónimo de más
represión (no al revés): necesitamos ya la república con la cual
defendernos. El Estado no aceptará ninguna vía negociada y ahora
está muy broquelado con PP, C’s y PSOE haciendo piña. Tampoco la
vía de la reforma constitucional abre ninguna perspectiva real de
dar salida a las reivindicaciones del pueblo catalán.
No
confiamos en este gobierno: si ha llegado hasta aquí ha sido
empujado por la gente en la calle. Ahora tenemos que poner de pie la
gente de la enseñanza pública, de los medios de comunicación,
mantener la movilización permanente a la calle. A cada ataque una
respuesta: ANC y Omnium continúan siendo un referente clave en la
movilización, pero hay que profundizar la organización desde abajo,
uniendo la izquierda sindical que convocó la huelga general del 3 de
octubre, la izquierda popular que se ha organizado en los CDR, el
movimiento estudiantil y la izquierda política desde la CUP-CC. La
Mesa de la Democracia, con la patronal CCOO y UGT ha aplaudido la
suspensión y apuesta por una salida negociada que aboca el pueblo a
un callejón sin salida. También a la espera de un milagro
negociador se ponen Podemos, Colau y los Comuns, y hoy sin duda su
política nos paraliza y hace el juego al régimen.
Es
imprescindible que los y las compañeras que han compartido la
defensa de las urnas el 1-O y la huelga general, exijan a sus
dirigentes que se pongan junto a la República y el proceso
constituyente, ante una Monarquía heredera del franquismo. Un
proceso constituyente vivo y que da respuesta a las necesidades más
urgentes de la población trabajadora.
También
hay que responder a los movimientos de la patronal y la fuga de
empresas. Si los bancos marchan, hace falta inmediatamente emprender
una banca pública de la república, que se ponga bajo el control de
la gente trabajadora. Habrá que iniciar un movimiento contra el pago
de la deuda, y garantizar el control de infraestructuras y la
energía.
Y hay que recordar que el régimen no sólo ahoga y reprime Cataluña sino a todos los pueblos y trabajadores del Estado. Los terroríficos incendios de Galiza son el último ejemplo: Galiza no quema, está siendo incendiada por el Gobierno del Estado Español con la total complicidad de la Xunta de Galiza. La eucaliptización, la Ley de Montes, los recortes en los efectivos postincendio, la retirada de ayudas a la prevención hacen rentable un territorio calcinado. Rajoy abandona la montaña y el pueblo gallego a ser devorado por las llamas mientras destina millones de euros y 10.000 policías y guardias civiles a reprimir el pueblo catalán. La semana pasada, golpeaban salvajemente a los vecinos de Murcia que exigían el soterramiento del AVE. El 4 de octubre el Rey daba carta blanca a la escalada represiva: el 6 la manifestación de Barcelona, con unionistas de todas partes, pedía prisión y más represión, “justificando” la que vendrá. Y, al unísono ya aparecen abiertamente grupos fascistas, aquí, en Madrid, Zaragoza o en el País Valenciano, grupos, que, con la complicidad evidente de la policía nacional, reventaban y agredían a los y las compañeras valencianas en su Fiesta nacional.
Y hay que recordar que el régimen no sólo ahoga y reprime Cataluña sino a todos los pueblos y trabajadores del Estado. Los terroríficos incendios de Galiza son el último ejemplo: Galiza no quema, está siendo incendiada por el Gobierno del Estado Español con la total complicidad de la Xunta de Galiza. La eucaliptización, la Ley de Montes, los recortes en los efectivos postincendio, la retirada de ayudas a la prevención hacen rentable un territorio calcinado. Rajoy abandona la montaña y el pueblo gallego a ser devorado por las llamas mientras destina millones de euros y 10.000 policías y guardias civiles a reprimir el pueblo catalán. La semana pasada, golpeaban salvajemente a los vecinos de Murcia que exigían el soterramiento del AVE. El 4 de octubre el Rey daba carta blanca a la escalada represiva: el 6 la manifestación de Barcelona, con unionistas de todas partes, pedía prisión y más represión, “justificando” la que vendrá. Y, al unísono ya aparecen abiertamente grupos fascistas, aquí, en Madrid, Zaragoza o en el País Valenciano, grupos, que, con la complicidad evidente de la policía nacional, reventaban y agredían a los y las compañeras valencianas en su Fiesta nacional.
Libertad
inmediata de Sánchez y Cuixart. Fuera policía nacional y Guardia
Civil de Catalunya. Disolución de la
Audiencia
Nacional, tribunal de excepción heredero del franquismo
Proclamación de la República catalana ahora. Inicio del proceso constituyente.
Proclamación de la República catalana ahora. Inicio del proceso constituyente.
Proponemos:
1.-La
Coordinación a nivel nacional de los tres pilares de lucha popular:
CDR, plataforma sindical en defensa de los derechos y las libertades,
y el movimiento estudiantil de secundaria y universidad.
2.-
A nivel estatal hace falta un llamamiento inmediato a todas las
fuerzas sindicales y políticas del estado que, como lo hicieron
desde las Marchas de la Dignidad, no sólo se identifican con el
derecho de Cataluña a la libertad sino con la necesidad de la
abolición de la Monarquía y el fin del régimen de impunidad del
78.
3.-
A nivel internacional hay que fijar ya una fecha para un Encuentro
internacional en Barcelona, de organizaciones, sindicatos,
movimientos... solidarios con la república catalana y contra la
represión.
17
de octubre de 2017
Lucha
Internacionalista
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